Las claves

Sánchez, el federal y la investidura

Pedro Sánchez y Susana Díaz en un acto de campaña.
photo_camera Pedro Sánchez y Susana Díaz en un acto de campaña.

Los miembros de la gestora socialista y quienes han colaborado para que se produjera el relevo de Pedro Sánchez llevan preparando la reunión del comité del próximo domingo desde el 1 de octubre, fecha en la que Sánchez presento su dimisión como secretario general al perder una votación en el federal más convulso y traumático de la historia del PSOE.  
Tanto Javier Fernández como Susana Díaz, que según los sanchistas es quien mueve los hilos en la sombra desde hace más de un año, se la juegan en este comité, donde tienen necesidad absoluta de conseguir que la mayoría de sus miembros se pronuncien a favor de la abstención en la investidura de Rajoy. Cuentan con ello, pero es importante que esa mayoría sea tan amplia que cesen los comentarios sobre lo que se considera una operación de acoso y derribo de Pedro Sánchez diseñada desde Sevilla. Será amplia la mayoría, será aplastante. Hay cifras.  
Queda luego el segundo capítulo, que es el que provoca más inquietud … y más morbo: la votación en el pleno de investidura. El PSC se mantiene en el no aunque en Ferraz tienen la esperanza de que Miquel Iceta cambie de actitud en el último momento, es un hombre de partido aunque defienda con uñas y dientes las siglas PSC. Lo que cuentan en las alturas socialistas actuales es que cruzaban dedos para que  Iceta  fuera reelegido secretario primero del PSC el pasado fin de semana; su posición es muy parecida a la de su adversaria Nuria Parlón en casi todo, incluida la consulta independentista y el voto a la investidura de Rajoy, pero pensaban en esas alturas que Parlón, como recién llegada, sería más intransigente mientras que Iceta no tiene por qué hacerse “perdonar” un cambio de posición porque ha demostrado sobradamente qué piensa y cómo defiende a la militancia socialista catalana.   Aunque no está claro que se vaya a producir ese cambio de posición, solo la esperanza.

SÁNCHEZ y la secretaría
En cualquier caso, incluso los diputados más sanchistas dan por perdida la batalla de la investidura.  En el mejor de las situaciones, explican, el “no” solo lo respaldarán como mucho unos 15 diputados … y eso si el PSC persista efectivamente en el voto negativo. PSC que se arriesga a que la gestora lleve al federal la propuesta de que los socialistas catalanes dejen de tener cargos en sus órganos ejecutivos como la ejecutiva federal, el comité federal o los grupos parlamentarios. Es algo que puso encima de la mesa el ex presidente manchego José María Barreda, de los pocos dirigentes socialistas -con Vara- que desde el 26 de junio no ha tenido complejo en decir públicamente que el PSOE tenía que pasar a la oposición y permitir que gobernara Rajoy. Un punto de vista  respecto al PSC que está ganando adeptos a medida que se acerca la fecha de la investidura.
¿Y Pedro Sánchez, cuál va a ser su postura ante el comité federal y la votación de la investidura?
Desde su entorno se cuenta que desde su regreso a España, e incluso durante los días que pasó con su familia en EstadosUnidos, sigue muy de cerca el debate interno que se  vive en el PSOE. No ha decidido todavía si asistirá a la sesión de investidura y en cambio sí he decidido no acudir a la reunión del Comité Federal de este domingo, entre otras razones porque al no ser secretario general su situación sería muy incómoda, incluso sobre dónde tendría que sentarse y qué ocurriría si le piden que manifieste su opinión. 
Sus más próximos, sus más leales –que son cada vez menos, en las crisis cada cual se acomoda a lo que más conviene- le sugieren que sí vaya a la sesión de investidura,  ya que debe cumplir con su responsabilidad como diputado. Su voto sería indiscutiblemente el no, y está dispuesto a asumir el “castigo”  que la dirección del grupo quiera imponer a los disidentes, pero no estaría solo en ese no. Cuenta desde luego con al menos dos votos negativos de Margarita Robles y Susana Sumelzo, que lo han dicho públicamente, y el dudoso de Zaida Cantero. Y del PSC, si finalmente Iceta insiste en que los diputados catalanes no se aparten del “no”.
Pedro Sánchez no está pendiente solo de las reuniones del comité federal y de la sesión de investidura.  Mira más lejos y con ambiciones más altas. Se considera víctima de un grupo de dirigentes que quieren hacerse con el poder, con Susana Díaz como principal impulsora de su actual desplazamiento… y no tiene la menor intención de tirar la toalla. Va a presentarse nuevamente a las primarias, en cuanto se convoque el congreso socialista. Y cree que puede regresar a Ferraz por la puerta grande y ocupar su antiguo despacho gracias al respaldo de los militantes, que es masivo. Se lo han demostrado durante los dos años al frente de la secretaría general y se lo siguen demostrando. Es su principal apoyo, por no decir el único, pero son los militantes los que eligen al secretario general en primarias una vez que los candidatos hayan logrado los avales pertinentes. 

SUSANA DÍAZ Y LOS TIEMPOS
Con esos datos que insisten en que tanto Díaz como Sánchez optarán a la secretaría general, se pueden llegar a varias conclusiones a poco que se conozca mínimamente el partido socialista.
Una, que a Sánchez le interesa que el congreso se celebre cuanto antes, pues es ahora cuando tiene la seguridad de contar con los apoyos masivos de la militancia. A medio plazo, con un PSOE renovado trabajando desde la oposición parlamentaria para conseguir que se le vuelva a considerar un partido con experiencia de gestión, cuadros bien formados y políticas de Estado, se presentan dificultades para la reelección al ex secretario general. En el lado de Díaz la posición es la contraria: cuanto más tiempo pase mejor. Para que se difumine el actual entusiasmo que todavía provoca hoy Pedro Sánchez en los sectores más jóvenes y entre quienes le ven una víctima del “aparato andaluz” . Por otra parte, a Díaz le conviene que se olvide su imagen de “amagar y no dar” de los dos últimos años, que tiene coste tanto en Andalucia como en el resto de España. Y además le interesa  reforzar su perfil de presidenta regional con un buen equipo de gobierno que ella dirige con mano certera para defender mejor los intereses de los andaluces.
La historia por tanto del PSOE del futuro es posible que no quede escrita en el comité federal de este domingo, ni tampoco en la sesión de investidura de Rajoy, sino con la legislatura más avanzada. Susana Díaz va a intentar que el congreso del PSOE se retrase todo lo que pueda para tratar de neutralizar a un Pedro Sánchez que, por el contrario, quiere que el congreso tenga lugar cuanto antes.

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