España

El regidor de Cádiz, única voz discordante entre los dirigentes

Podemos trata de aguantar el chaparrón tras el aluvión de críticas que han caído por el chalé de 660.000 euros que Pablo Iglesias e Irene Montero se han comprado en la sierra de Madrid, algo que para muchos de sus militantes puede ser un jarro de agua fría que no esperaban de sus dirigentes. Los que no han podido evitar pronunciarse sobre la posible incoherencia en la actuación de sus líderes lo han hecho, como Íñigo Errejón, para decir que prefieren no comentar lo que consideran "una decisión personal", o cómo Pablo Echenique para negar la mayor.
Echenique salió al paso y ha devuelto las críticas a los que ven incoherente "tener un buen sueldo y una buena casa y querer un país mejor en el que nadie lo pase mal". "Es un planteamiento reaccionario que niega la posibilidad de ser clase media y decente al mismo tiempo", según decía el secretario de Organización de Podemos.
Pocos se salieron del guión, pero la única voz que desde dentro ha cuestionado públicamente su decisión también es muy significativa.
Tuvo que ser el anticapitalista José María González,"Kichi", alcalde de Cádiz, uno de los llamados ayuntamientos del cambio de los que tanto presume Podemos, el que no ha tenido reparos en decir lo que piensa al señalar que no quiere dejar de vivir y criar a sus hijos "en un piso de currante". n

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