España

Las reformas estatutarias, ¿clamor o debate inexistente?

El Parlamento de Cataluña, durante la aprobación del Estatuto que recortó el Constitucional.
photo_camera El Parlamento de Cataluña, durante la aprobación del Estatuto que recortó el Constitucional.

La situación de Canarias, a un paso de renovar el suyo, contrasta con el enquistamiento catalán

La idea lanzada recientemente por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de acordar un nuevo Estatuto de Autonomía para Cataluña ha reabierto la discusión sobre la importancia que la ciudadanía da a los textos estatutarios y a sus reformas. ¿Clamor social o debate inexistente? Canarias, por ejemplo, está a punto de tener un Estatuto remozado, con un amplísimo consenso político y social, mientras en Cataluña no parece haber hoy por hoy demasiado interés en reformar el suyo.
La mayoría independentista de JxCat, ERC y la CUP considera que la reforma estatutaria es una "pantalla superada" y tienen como horizonte hacer efectiva la "república catalana", mientras ni Cs ni PP se plantean en estos momentos una modificación estatutaria, que en cambio sí sugiere, casi en solitario, el PSC. Una propuesta a la que se sumó a mediados de julio el presidente del Gobierno, que desde la tribuna del Congreso abrió la puerta a la posibilidad de reformar el Estatut vigente, recortado en 2010 por el Tribunal Constitucional, y someterlo a votación.
La última modificación fue aprobada en referéndum en 2006, pero una sentencia del Tribunal Constitucional en 2010 acabó recortando su contenido, lo que llevó a las fuerzas soberanistas a poner en marcha un proceso hacia la independencia argumentando que ya no era posible una "tercera vía" para un mejor encaje de la realidad catalana en España.
El Estatuto de Autonomía de Andalucía, aprobado en 1981, ha sido reformado en una ocasión, en marzo de 2007, y contó con un mayoritario respaldo.
Desde su aprobación en 1979, el Estatuto de Autonomía del País Vasco no ha sido cambiado nunca, aunque el Parlamento acaba de aprobar un documento de bases para uno nuevo, que un grupo de expertos deberá convertir ahora en texto articulado.
Otro que tampoco ha sufrido variaciones es el gallego, cuya elaboración provocó tensiones hasta que se firmó en septiembre de 1980 el conocido como Pacto del Hostal. 
 

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