Jaume Vives Impulsor de Resistència Catalana y de la Contrarrevolución de las Sonrisas desde un balcón de Barcelona

“No salimos al balcón por valentía sino por dignidad"

Jaume Vives es el impulsor de Resistència Catalana.
photo_camera Jaume Vives es el impulsor de Resistència Catalana.

El balcón de Jaume Vives es el más famoso de Barcelona desde que decidió contrarrestar las caceroladas independentistas con el 'Viva España' de Manolo Escobar o el himno de la Guardia Civil sonando a todo trapo. 

¿Cuántos medios de comunicación lo han llamado?
Entre teles, radios y prensa escrita he perdido la cuenta. Catalanes ninguno. 

¿Esperaba la repercusión que ha tenido el vídeo de su balcón o sólo querían tocar la pandereta?
No sabíamos qué repercusión iba a tener. Nosotros lo hicimos para protestar contra la situación injusta desde hace años y lo fanatizado que está el ambiente. Como es difícil tener un debate racional, vimos que con el humor se nos puede escuchar más y podemos hacer que los independentistas comprendan que lo que defienden y persiguen es absurdo. 

Su vecino lo definió en la grabación del vídeo que se ha hecho viral como “el tío con más huevos de España". ¿Se siente así? 
No creo que sea el tío con más huevos de España. Lo que hago con mi familia en el balcón lo ha hecho mucha otra gente, sólo que nosotros le hemos puesto ese toque de humor y se ha hecho más viral. No lo hacemos por valentía, sino por una cuestión de dignidad y justicia histórica. 


Ahora no sólo lo conocen en España sino que lo reconocen en Barcelona. ¿Le han dicho o hecho algo más que pintarle una esvástica en el buzón? 
Lo más común es que se acerque gente a felicitarte y darte las gracias por aportar esperanza. Una vecina me dijo que tiene un niño pequeño que a las diez ya está durmiendo, la entendemos pero mientras haya cacerolas nosotros seguiremos con nuestra música.


¿Se ha perdido el miedo en Cataluña a decir que uno también se siente español?
Aunque se ha perdido el miedo a significarse, sí que hay un miedo a cómo va a acabar todo. No impide que la gente se signifique, pero sí que sea más prudente que nosotros.

¿Qué cree que sucederá cuando termine el plazo que le ha dado Rajoy a Puigdemont para cumplir su requerimiento?
No sé si seguirán jugando al ratón y al gato como llevan haciendo tantos años. Lo único que puedo decir es que la llama del fuego del odio está encendida y los políticos de aquí piensan que la tienen controlada, pero si sopla el viento y pasa algo imprevisto, ese fuego se puede extender y entonces lo tendrán descontrolado y puede acabar muy mal.
En su balcón ha sonado una canción sobre la encarcelación de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. ¿Cree que ha sido una buena decisión?
En cualquier país normal estarían en la cárcel desde hace tiempo. No te puedes ir de rositas reventando los coches de la policía e impulsando algo ilegal. Yo no puedo robar un banco apelando a la educación y al diálogo.

Después de  pinchar a Manolo Escobar y el himno de la Guardia Civil también mitinea. ¿Ya tiene el próximo discurso preparado?
Sí, ya tengo algo pensado en relación con las leyes que se aplicarán tras el referéndum que hicimos y por las cuales se va a regir nuestro balcón. También ponemos sardanas, a la Trinca...

Puigdemont es periodista como usted. ¿También saltará a la política desde el balcón de la resistencia de la calle Balmes?
No lo creo, no es la intención que tenemos. Queremos hacer nuestra particular contrarrevolución desde las personas y con las personas sin vincularnos a nada ni a nadie. Somos el pueblo, gente corriente. 

¿Milita en algún partido?
No.

¿No lo han llamado estos días?
Sólo le diré que habido gente que se ha puesto en contacto con nosotros, pero seguiremos conservando la distancia del movimiento frente a cualquier partido.  

¿Cuando dice nosotros, a cuántos se refiere?
Somos millones. En el balcón estamos decenas, pero detrás de esto están millones. 

He visto en su página web que también venden camisetas...
(Se ríe) Es para pagarle la multa a Artur Mas. 
 

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