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Felipe VI anima a que España y Portugal miren juntos al futuro

Felipe VI, Rebelo de Sousa y la reina Letizia, al inicio de la cena de gala en Guimaraes.
photo_camera Felipe VI, Rebelo de Sousa y la reina Letizia, al inicio de la cena de gala en Guimaraes.

Los reyes iniciaron su viaje de Estado en Oporto, donde el alcalde les entregó la llave de la ciudad

 El rey Felipe VI subrayó ayer  el valor de la "relación especial e intensa" entre España y Portugal, que se corresponde con dos sociedades "que se respetan, se quieren y miran al futuro con esperanza", al tiempo que abogó por desarrollar estos estrechos vínculos siempre de manera optimista. "El vigor actual de nuestras relaciones debe alejar el pesimismo", afirmó el jefe del Estado español ante el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, al comienzo de la cena de gala ofrecida en el Palacio de los Duques de Bragança en su honor y el de la reina Letizia con motivo de su visita de Estado a Portugal.
Ante 150 invitados de la sociedad portuguesa, en una localidad con un potente valor histórico para los portugueses, que la consideran la cuna de su nación, el rey Felipe volvió a combinar las lenguas española y portuguesa -como hizo por la mañana en el Ayuntamiento de Oporto- para agradecer la acogida recibida.
"La reina y yo nos sentimos profundamente emocionados y encantados por estar en Portugal", manifestó en portugués ante los invitados, entre ellos españoles residentes en Portugal como el futbolista Iker Casillas y su esposa, la periodista Sara Carbonero.
Felipe VI explicó al presidente Rebelo de Sousa que al honrar a los Reyes de España honraba "a todos los españoles a través de nosotros" y reforzaba "la singular e incomparable relación que existe entre nuestras dos naciones hermanas".

Alejar el pesimismo
En su alocución hubo abundantes referencias a los lazos entre ambos países, cuyo vigor, remarcó, "debe alejar el pesimismo", porque tal y como sostenía uno de los más importantes pensadores españoles del siglo XX, Gregorio Marañón, "el optimismo crea la ventura y el pesimismo crea la adversidad".
Desde un punto de vista más personal, Felipe de Borbón aludió a la "emoción e ilusión" que suponía esta visita para él y la reina, y recordó el "amor por esta tierra hospitalaria y por este pueblo entrañable" que le inculcó su padre, Juan Carlos I, y sus abuelos, los condes de Barcelona, que estuvieron exiliados en Estoril.
También dijo Felipe VI que la intensa agenda de sus tres días en Portugal "refleja la inmensa cercanía y la profundidad de los lazos que unen a nuestros Estados y a nuestros pueblos", como el discurso que el miércoles pronunciará en Lisboa ante la Asamblea de la República, o su visita de hoy a la Universidad de Oporto.
El propio Rebelo de Sousa manifestó en su brindis que la visita testimoniaba "una amistad y una fraternidad cimentada por los siglos, superando divergencias, discordias o enfrentamientos del pasado", y elogió con entusiasmo la personalidad del rey Felipe.
Afirmó también que España y Portugal, como "Estados hermanados en su riquísima diversidad interna", quieren ser "puentes entre Europa y todos los demás continentes", y aunque ratificó las ya "excelentes" relaciones bilaterales a todos los niveles, abogó por impulsarlas antes de brindar por un "futuro próspero y ambicioso para todos los portugueses y todos los españoles".

Recepción en Oporto
Los reyes de España fueron agasajados con una solemne bienvenida en la Plaza de la Libertad de Oporto, donde les esperaba el presidente de la República Marcelo Rebelo de Sousa. Centenares de personas aguardaban también su llegada tras unas vallas de seguridad situadas a ambos lados de la plaza, presidida por el edificio del Ayuntamiento, donde el alcalde, Rui Moreira, les entregaría la Llave de la Ciudad."Para la reina y para mí representa un privilegio iniciar nuestra primera visita de Estado a Portugal en la bellísima ciudad de Oporto", fueron las primeras palabras del rey español pronunciadas en portugués en el Salón de Plenos de la Cámara Municipal.
Ya en español, Felipe VI agradeció la Llave de Honorde Oporto  "como un símbolo de la generosidad y apertura de la ciudad hacia todos los que la visitamos", y deseó al alcalde "el mayor de los éxitos en su empeño por fomentar el espíritu creativo de esta querida ciudad, tan llena de historia y rebosante de futuro".

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