aniversario de la carta magna

La Constitución, a la cola

Alberto Núñez Feijóo, después de saludar a Ana Pastor y a Pío García-Escudero.
photo_camera Alberto Núñez Feijóo, después de saludar a Ana Pastor y a Pío García-Escudero.

Pocas cosas hay a las que los españoles estén más acostumbrados que a hacer cola, ese fastidio de tener que esperar, y en el día en el que el Congreso celebraba el 38 aniversario de la Constitución, les ha tocado a los diputados.

Colas y empujones para entrar en el salón de Pasos Perdidos y filas interminables para llegar al micrófono donde esperaban los periodistas para ver qué decían de la tan cacareada reforma constitucional. Nada nuevo. La reforma también parece que tendrá que esperar turno, porque no tiene pinta de estar entre los primeros consensos que vayan a alcanzar los partidos. Y es que, como decía una veterana dirigente 'popular', con un tercio del Parlamento "echado al monte" no hay manera de reformar la Constitución.
Por esperar, tuvo que esperar hasta el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que se quedó el último de la fila cuando llegó al Congreso y se encontró con que tenía coger turno y aguardar pacientemente a que terminaran de hablar ante la prensa los representantes de Podemos. Esperó un poco, unos cuantos pasos adelante y atrás, y al final entró en el Palacio para saludar a los presidentes del Congreso y el Senado, Ana Pastor y Pío García Escudero, que ya llevaban lo suyo dando besos y apretones de manos a todos los asistentes que pasaban a saludarles en fila india. Fue una jornada de ilustres aglomeraciones en los pasillos y salones del Palacio de la Carrera de San Jerónimo, donde los informadores perseguían a los políticos para ver si alguno le soltaba una primicia mientras los camareros se veían y deseaban para mantener sus bandejas de bebidas y canapés en equilibrio ante tal masificación.

DIFERENTES GENERACIONES
Era uno de esos días en los se mezclan en el Congreso representantes de altas instituciones del Estado, como el nuevo fiscal general del Estado, José Manuel Maza; padres de la Constitución, como Miguel Herrerro de Miñón o presidentes autonómicos, como Alberto Núñez Feijóo, a quien alguien saludaba al grito de "Núñez". "Nadie me llama Núñez, sólo los de Podemos", confesó el dirigente popular gallego, que fue uno de los que más atención se llevó, con mucho interés por su próxima paternidad y la cercanía de ese acontecimiento al Congreso Nacional que el PP celebrará en febrero.
Algún ministro hacía gala también en petit comité de su papel de padre y de cómo supo durante años combinar 14 horas de trabajo al día con el cambio de pañales o la improvisación de cuentos. Se vio  entre las diputadas mucho vestido de "encaje constitucional", como alguno bromeaba, mientras que ellos no se salieron de lo tradicional y del clásico traje con corbata, sin contar a Podemos, claro. Sin Iglesias y Errejón, entretenidos en difundir en Twitter sus opiniones.n

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