El Marco inauguró ayer la exposición “Unos y ceros”, comisariada por Juan Canela, donde los folios adquieren un tratamiento escultórico
nnn “Esta exposición dentro de 25 años será arqueología”. Así concluye Ignacio Uriarte (Alemania, 1972) la visita a “Unos y ceros”, la exposición que ayer inauguró en el Marco. El protagonismo de cada pieza corresponde a material de oficina, donde la máquina de escribir era la reina.
Comisariada por Juan Canela, la propuesta reflexiona sobre el avance tecnológico desde una perspectiva estética y siguiendo la pauta de la sistematización de elementos.
Ocupa toda la primera planta, con piezas en apariencia independientes pero que todas ligadas por conceptos que se repiten con el número 128 o el paso del tiempo.
Sonido y proyección se conjugan en dos obras que introducen al visitante. Ocho horas de un constante recitar de números en alemán frente a la secuencia fotográfica de números arábicos se convierten en un reloj que contabiliza las horas.
La filosofía de la muestra “Unos y ceros” queda recogida en la representación binaria realizada en 160 máquinas de escribir de la colección Sirvent, la más importante de España, que se encuentra en Vigo. Una monotonía que aparece de nuevo en las piezas que se contraponen: el diseño en rojo y negro de curvas formados por el símbolo del porcentaje de los teclados. Con esta obra invita a la reflexión sobre el cambio del analógico al digital, “pero manteniendo el mismo orden”.
El comisario explica el discurso del artista afirmando que “Uriarte toma como punto de partida su anterior ocupación en la oficina de una gran multinacional, para circundar cuestiones relativas a la rutina laboral”. Este planteamiento alcanza su máxima en la siguiente sala, donde a través de distintas producciones analiza sobre el esfuerzo y el resultado de este. Casi en blanco y negro, el minimalismo domina la exposición, donde los archivadores y los folios se convierten en elementos escultóricos, en los que la luz y la perspectiva inciden como en la figuras tradicionales.
Despide la exposición la obra “Rolling Credits”, un audiovisual de 28 minutos que supone un homenaje a toda la trayectoria del Marco. Secuenciado por años, por la pantalla pasan a modo de títulos de créditos todos los trabajadores que pasaron por el museo.n
