JAVIER URRA Psicólogo de la Fiscalía del Tribunal Supremo

“La felicidad no tiene que ser el horizonte de nuestra vida, porque es algo que se consigue, no se busca”

JAVIER URRA
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Doctor en Psicología Clínica y Forense. Doctor en Ciencias de la Salud. Pedagogo y Terapeuta. Psicólogo en excedencia voluntaria de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y de los Juzgados de Menores de Madrid. Profesor en Psicología y primer defensor del menor. Algunos de sus libros: “El pequeño dictador”, “Recetas para compartir la felicidad” o “El arte de educar”

nnn  Javier Urra, conocido mediáticamente por sus apariciones como tertuliano en televisión, empezará, a las 17.30 horas, advirtiendo que “la vida es más que ser feliz”.

¿Qué puede haber más importante que ser feliz?
La vida es mucho más: es compromiso, son los otros, son proyectos, es el equilibrio, saber manejar los insabores y ser consciente de que la vida nos va a vencer. Vivir es forjarse en el sufrimiento.

¿Y dónde queda la felicidad?
Es algo efímero. No tiene que ser el horizonte. La felicidad se consigue, pero no se busca. Lo esencial es hallar el equilibrio y el bienestar. Es preocupante que el fin de esta sociedad sea conseguir algo tan egoísta y edonista. Hay que preguntarse si en el último día de nuestra vida nos importará las horas que fuimos felices o si mereció la pena.

¿Qué es entonces la felicidad?
Todos sabemos lo qué es, pero es muy difícil definirla y también no compartirla.

¿Quién decide qué es más importante que ser feliz?
Los dilemas éticos. Hablan de que en la vida hay que ser valientes, hay que tomar partido porque no todos tenemos un precio y ni somos corruptos. El relativismo moral es muy peligroso porque crea confusión. Yo trabajo con violadores, homicidas; sufrí un ataque al corazón y tengo a mi madre en una residencia con alzheimer. Aún así, la vida es bonita y hay que ser optimistas. Debemos fortalecer a los niños ante las adversidades para que se enfrenten cara a cara a los problemas.

¿También en tiempos de crisis?
Hubo tiempos peores. O que se lo pregunten a nuestros abuelos, a los que vivieron la guerra o a los que sufren el ébola en África. El ser humano está marcado porque sabe que va a morir y eso hace que busque atajos para la felicidad como el alcohol, la droga, la prostitución. Pero todo esto es falso. Lo verdadero es vivir con valor, con afán de superación, disfrutar con las pequeñas cosas como el amanecer. Mi consejo es ponerle pasión a la vida, sabiendo nuestros límites.n

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