Manuel González, desde Productores de Sonrisas, están detrás de “Cabaret Maldito”, que se representa en las carpas instaladas en la Avenida de Castelao, los jueves, los viernes, los fines de semana y festivos hasta el día 28.
Como productor, González desveló las interioridades del espectáculo para los lectores de este medio.
¿Qué les llevó a arriesgar en un espectáculo tan ambicioso en época de recesión económica?
Como productores, casi hemos nacido en crisis. El Circo de los Horrores cumplió diez años, de los que siete pertenecen a plena crisis. Tuvimos que adaptarnos, porque el espectáculo creció. Con la segunda entrega, “El Manicomio”, la respuesta del público fue tal que tuvimos que dar respuesta a sus expectativas y apostamos por una nueva propuesta con un millón de euros de inversión. Lo cierto es que son shows que tienen vida más allá de España. Ahora mismo estamos estrenando en México y pretendemos ir otros países de Latinoamérica y a Estados Unidos. Es cierto que el tema del IVA nos trastocó los planes de expansión, pero hay que mirar hacia el futuro.
¿Qué hace distinto a “Cabaret maldito” con respecto a las anteriores entregas de El Circo de los Horrores?
Es más ambicioso con cantantes en directo, mucho espectáculo, una gran escenografía y los mejores artistas circenses del mundo. Cada vez que cambiamos de ubicación movemos una ciudad de 60 personas. Llevamos un año y medio con esta producción y estamos muy satisfechos.
¿Cómo surgió la combinación del circo con el terror primero y con el erotismo ahora?
Con el primer show íbamos buscando un público muy definido, el amante de los espectáculos de terror, pero ahora ya saben que nuestra propuesta más allá. Buscamos el “escojone absoluto”, una característica que mantenemos en esta tercera entrega, aunque cambiando los momentos de tensión por la lujuria. En “Cabaret maldito” nos metemos en el mundo de los pecados, guiados por Lucifer, que se cobrará el alma de cada artista por una noche más de éxito y la de los espectadores por hacer realidad sus deseos.
En esta ocasión, el espectáculo es para mayores de 18 años.
Nos autolimitamos porque consideramos que es necesario para que no se nos cuele ningún menor. No lo hacemos por los desnudos, que los hay, sino por el contenido y por el trato al público, que en esta vez no tiene ningún tipo de censura. Pero que no se preocupen los más pequeños, porque vendrán espectáculos para toda la familia.
Apuestan por una nueva versión del circo, ¿qué es lo que nunca puede cambiar, la esencia circense?
En el circo hay tres elementos esenciales: el humor, la belleza y el riesgo. En el momento en que perdemos alguna de estas tres características hay un sucedáneo, que puede estar muy bien, pero que no es circo. Además está la carpa. Genera una atmósfera mágica, única. Las ciudades cada vez tienen menos sitios para montar un circo, nos han ofrecido llevar el espectáculo a uno de los espacios escénicos tradicionales, teatros o auditorios, siempre nos hemos negado porque eso no forma parte del ADN del circo.
¿Y los animales tienen cabida en su circo?
En El Circo de los Horrores ha habido caballos. No podemos olvidar que el origen del circo está precisamente en los caballos, por lo que nunca pueden desaparecer del espectáculo. Al margen de ellos, no creemos que los animales sean necesarios para hacer una propuesta de calidad.n
