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El bar de los mil acentos está en el barrio del Calvario

Mus, Elisabeth y Frederick, tres nacionalidades y un solo bar.
photo_camera Mus, Elisabeth y Frederick, tres nacionalidades y un solo bar.

 Los acentos más dispares se entremezclan en la barra del bar Mus. Situado en el epicentro del Calvario, el barrio multiculyural por excelencia de Vigo, este enclave se ha convertido en un punto de encuentro de africanos, sudamercianos y vigueses. El secreto de esta convivencia que recuerda a una Babel bien avenida y próspera lo tiene su propietario, Mustafá Ahinsoy, un turco al que el amor por una viguesa le hizo abandonar su ciudad de Estambul y dedicarse al mundo de la hostelería en una de las calles más concurridas del barrio. Mustafá, Mus, como le conocen todos, habla con los clientes "porque me gusta, sé lo que hacen, dónde viven y cuál es su equipo de fútbol" explica con su eterna sonrisa mientras sirve el café tal y como le gusta a Frederick Duncan, natural de Ghana y cliente del bar desde hace cuatro años, los mismos que lleva en Vigo. Por la noche, el número de africanos sube como la espuma. La mayoría son vendedores ambulantes y a esa hora es cuando se reúnen para charlar y tomar algo. Hasta hace poco la mayoría eran los sudamericanos. Mus todavía recuerda el día en el que se reunieron en su local cerca de trescientos paraguayos que querían ver el partido que enfrentaba a su selección con Argentina. Detrás de la barra, Elisabeth Reguero atiende a los clientes con su inconfundible acento caribeño. Natural de la República Dominicana, lleva ocho años en Vigo, y durante todo este tiempo "trabajando aquí. Nuestros clientes son de todas las nacionalidades porque aquí te hacen sentir a gusto, como si estuvieras en tu propia casa", algo que confirma que la mayoría de los que están en el local son habituales. n

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