Modelos cubiertos de barro de distintas tonalidades desfilaron ayer por la arena para acabar zambulléndose en el agua de la Ría en una pasarela improvisada en la playa viguesa de los Olmos
El buen tiempo y el culto al cuerpo suelen ir unidos. Con sol y la subida de las temperaturas, la actividad de la ciudad se trasladó a la orilla del mar. Ayer, la playa de Os Olmos fue el escenario de un desfile muy especial. Ocho modelos, cuatro hombres y cuatro mujeres, tiñeron de colores sus cuerpos con arcillas estéticas y enriquecidas con preparados de algas. El objetivo era promocionar la cromoterapia, una técnica de la medicina alternativa que actualmente se recuperó con finalidades estéticas y de bienestar. La arena sirvió ayer de pasarela en una coreografía. Supuso una atracción inesperada y sorprendió a los bañistas que acudieron hambrientos de sol, después de varios días de lluvia. A su vez, el mar funcionó como tonificador, ya que la sesión finalizó con un chapuzón de los ocho modelos en la Ría.
Los orígenes de la cromoterapia se remontan al siglo X con la teoría del filósofo y médico árabe Avicena. Marcaba siete colores fundamentales, que estuvieron presentes en el arenal vigués: el blanco, situado en la coronilla (purifica el cuerpo); el añil, en la garganta (cura úlceras, varices, problemas de ojos); el verde, en el corazón y los pulmones (lesiones de piel y músculos); el amarillo, en el plexo solar (combate la depresión y las dolencias de hígado), naranja, en el hueso sacro (contra el asma, reúma) y rojo, en la próstata (actúa en el hígado y bazo contra el estreñimiento). El octavo modelo lucía el color turquesa que se relaciona con la garganta, el pecho y la tiroides. Se utiliza como tranquilizante y para activar el sistema inmunológico.
El misticismo y el uso de los remedios naturales encontraron un escenario adecuado en un iniciativa promovida con fines promocionales por Phyto Galicia, que comercializa sus productos en escuelas y centros de tratamientos naturales.n