La empresa ha puesto como fecha límite para negociar el viernes pero la plantilla tiene asamblea el sábado
nnn Cientos de trabajadores de Pescanova salieron ayer en manifestación por las calles de Vigo por primera vez en su historia en la segunda jornada de huelga convocada por los sindicatos CIG, UGT, USO y CUT dentro de la negociación del convenio colectivo. Las posturas están muy distantes porque los sindicatos ya habían avanzado que si no se retiraba la propuesta del convenio el día 4 la huelga sería indefinida, una decisión que tomarán en asamblea el sábado, y la empresa ha dado un ultimátum: si el viernes no se cierra la negociación retira su propuesta.
La jornada de huelga de ayer se abrió con la detención a primera hora de un trabajador de Pescanova, que participaba en un piquete en las instalaciones de Chapela, acusado de agredir a un policía.
Los sindicatos rechazaron esta acusación y aseguraron que lo que hizo el detenido fue ayudar a incorporarse a otra trabajadora que había caído por los empujones de los agentes que pretendían dejar libre un carril de acceso a la empresa para facilitar la entrada de vehículos y que no hubo ánimo de violencia. A primera hora de la tarde el trabajador fue puesto en libertad en condición de investigado por un delito de lesiones, a la espera de pasar a disposición del juzgado.
A las 10 de la mañana una concurrida manifestación recorrió la ciudad desde Vía Norte hasta el cruce de las calles Colón y García Barbón. La manifestación, que contó con el portavoz parlamentario de En Marea, Luis Villares, y el diputado autonómico del BNG Luis Bará, estuvo custodiada en todo momento por un importante dispositivo policial. Los manifestantes gritaron consignas de apoyo al compañero detenido.
Los trabajadores se manifestaron para reclamar "unas condiciones laborales justas" y para mostrar su rechazo a las pretensiones de la empresa de "imponer" salarios más bajos a las nuevas contrataciones, flexibilización de jornadas y subidas "irrisorias" en las nóminas, tras "cuatro años con los sueldos congelados".
"Ésta no es la respuesta que debe dar la empresa a los cuatro años de paz social que hemos tenido", subrayó la presidenta del comité del centro industrial de Chapela, Candelaria Martínez (CIG).
Martínez explicó que "después de casi once meses de negociación", la plantilla se mantendrá en su posición, pese a las "amenazas" de la empresa y añadió que "la lucha va a ser larga". n
