Antonio Rodríguez del Corral, presidente Clúster TIC de Galicia

“Las TIC tenemos que especializarnos y diferenciarnos”

Antonio Rodríguez del Corral
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Antonio Rodríguez del Corral es el presidente del Clúster TIC de Galicia y representante de R. El clúster se constituyó en 2008 y reúne a empresas, colegios profesionales, centros de investigación, emprendedores y otras entidades de las tecnologías de la información y las comunicaciones de Galicia.

 

¿Cómo está siendo la crisis para el sector TIC en Galicia?
Las cifras demuestran que le ha afectado mucho menos que al resto de sectores aunque hay un subsector muy tocado, el de las telecomunicaciones, porque ha habido una guerra de precios que ha producido una devaluación de las empresas y las inversiones y que afecta a toda la cadena de proveedores. La demanda de tecnología sigue ahí y es un sector muy innovador, que cuando aparecen fondos públicos que fomentan la innovación los capta porque presenta mejores propuestas. Con todo eso junto es un sector que ha aguantado bastante bien y empieza a notar la recuperación. Si se leen las estrategias de las regiones de Europa en todas están las TIC, en este proceso de especialización inteligente para conseguir los nuevos fondos. ¿Cuál es la respuesta de la UE? Especialícese, diferénciese para poder exportar. Ese es el proyecto central del cluster, conseguir ese consenso. El sector preguntará ¿eso qué significa para mi empresa, para mi universidad o para mi centro tecnológico? Primero hay que aceptar la idea de que tenemos que especializarnos porque las TIC son muy amplias, hay que elegir dos o tres subsectores en los que diferenciarse. Y segundo hacerlo. Lo que hay que decirle a las empresas es que especialicen su estrategia de innovación, que lo hagan en los nuevos productos, porque ahí van a tener más apoyos.
Ocho firmas han fundado el Club de Inversores del Clúster TIC de Galicia. ¿Cuál es el objetivo?
Llevamos cuatro años haciendo la ronda de inversión para startups del sector y en este tiempo les conseguíamos financiación para preparar la presentación a inversores, luego juntábamos a inversores de toda España e incluso alguna edición internacional. Cuando venían los inversores nos preguntaban cómo era posible que el sector gallego no invirtiese en ningún proyecto. Así que ya hace dos años empezamos a preparar el proyecto que nos ha llevado un tiempo. Al final se decidió por el formato de club de inversores. Es el clúster el garante de que se cumplen los estatutos, en aspectos como transparencia, confidencialidad, respeto a las reglas del juego o también se establece una figura que es la del defensor de la startup. Empezamos ocho empresas y con el clúster nueve socios en total. Estoy contento porque estas ocho empresas comprometen el tiempo de sus máximos directivos y una inversión anual importante. Tuvimos la presentación de los proyectos el 14 de noviembre, una ronda de análisis a mediados de diciembre y el 8 de enero tenemos una reunión de negociación con las startups. De los nueve proyectos que se presentaron ocho tienen ya candidatos a invertir.
¿Esperan que se sumen más empresas?
Esto está abierto y en cuanto se empiece a ver que tomamos posiciones el resto también lo hará. Tenemos que demostrar que esto va en serio. Las normas también permiten que las pequeñas empresas del clúster se agrupen para invertir conjuntamente.  También valoramos que una vez que decidamos entrar en una empresa reservar un pequeño porcentaje para un especie de crowdfunding para el resto de socios del clúster y animar la idea de capitalismo popular. 
¿Hay un compromiso de inversión mínima anual?
Es de 50.000 euros al año cada uno, en total 400.000 euros. Los fondos de inversión financieros invierten cuando los proyectos son perfectos, cuando tienen un buen plan de negocio, un buen equipo y un buen CEO. Nosotros invertimos para mejorar los proyectos, somos más inversores industriales que financieros. También vamos a aceptar inversiones en especie, de personal directivo o de medios. En esta primera ronda nos han pedido sobre 4 millones, el proyecto más grande pide casi millón y medio y hay mucho interés por entrar.
Se están extendiendo estas fórmulas de inversores ¿es que la financiación tradicional no vale?
Hay una serie de industrias que son muy difíciles de valorar y la financiación tradicional lo que valora es un plan de negocio tradicional. Esto tiene consecuencias buenas y malas, porque en los años de la burbuja ibas con un proyecto tecnológico y nadie te recibía pero ibas con un proyecto de ladrillo aunque fuera ficticio y tenías dinero. No es que el capital riesgo sea muy innovador pero lo que necesita esta fórmula de financiación es de una industria tecnológica. Por ejemplo en EE UU son muy especializados y te encuentras inversores sólo de redes sociales o un fondo sólo de big data. A eso se llega cuando hay una masa crítica. ¿Por qué los inversores se especializan? Porque si yo sólo invierto en redes sociales si apuesto por diez se morirán cuatro o cinco pero el resto funcionará. Si invierto en una de drones, otra de redes sociales y otra de interiores igual he elegido las tres malas de cada sector. El futuro va por esa especialización.

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