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Talgo se adjudica formalmente el contrato del AVE de Renfe

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En una operación que alcanza lo 1.400 millones de euros y supone un importe de 22,5 millones por tren, precio hasta un 43% inferior al de licitación

Renfe ha adjudicado formalmente a Talgo el contrato de suministro y posterior mantenimiento de su nueva generación de trenes AVE, la mayor compra de material rodante de su historia, que finalmente supondrá un máximo de 1.491 millones de euros, importe que arroja una rebaja del 43% respecto al de licitación, según anunció el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna.

Talgo se ha hecho con el pedido, por el que también compitieron la también española CAF, la francesa Alstom y la alemana Siemens, al presentar la mejor propuesta técnica y económica.

"Es el mejor tren para Renfe, es el más moderno y también el más barato del mercado", aseguró el titular de Fomento tras anunciar la adjudicación del pedido, ratificada previamente por la operadora en una reunión de su consejo de administración.

La propuesta de Talgo supondrá a Renfe pagar 22,5 millones de euros por cada uno de los trenes AVE que le suministre. Este importe supone una rebaja del 43% respecto al importe máximo de 2.642 millones en que la compañía ferroviaria sacó a concurso público el pedido hace ahora un año, en diciembre de 2015.

En concreto, el 'macropedido', el primero de la compañía pública en al menos una década, contempla el suministro a Renfe de quince trenes AVE y la opción de aportar otros quince más, por lotes de cinco unidades, que la compañía ferroviaria irá solicitando en función de sus necesidades. Además, abarca los trabajos de mantenimiento de todos los vehículos durante un periodo de treinta años, ampliable a otros diez años más, hasta un total de cuarenta.

Así, el contrato que Renfe ha aprobado hoy firmar con Talgo es el básico, el de la fabricación de quince trenes y su mantenimiento durante treinta años, que supondrá 786,4 millones de euros, un 23% menos respecto al monto de licitación (1.096 millones de euros).

En caso de que en los próximos años la operadora pública ejercite las opciones, esto es, contrate la totalidad de los treinta trenes y alargue su mantenimiento hasta cuarenta años, el pedido ascenderá a 1.491 millones, un 43% menos respecto al importe máximo al que el pedido salió a concurso (2.642 millones).
LOS PRIMEROS AVE, EN TRES AÑOS

Según lo establecido en el contrato, Renfe recibirá las diez primeras unidades de los nuevos trenes AVE en algo más de tres años (en 38 meses), según detalló el ministro.

En caso de que la compañía finalmente adquiera todos los treinta trenes que contempla el contrato, elevará en un 33% su flota actual de 89 unidades, que incluye los trenes Alstom que se compraron para el AVE más veterano, el Madrid-Sevilla, y los de Siemens y Alstom que se adquirieron para, entre otros, el AVE a Barcelona y el AVE a Valladolid.

Los nuevos trenes de Talgo no estarán destinados a líneas concretas, sino que la compañía los empleará en función de las necesidades que el servicio de transporte presente en ese momento.

De la Serna justificó la inversión de la operadora en el continuo incremento que registra el número de viajeros del AVE, en la ocupación media del 80% que registran los actuales trenes y la prevista ampliación de la red de Alta Velocidad en los próximos años con la puesta en servicio de las líneas en construcción.

La red AVE española es actualmente la segunda mayor del mundo por detrás de la China con alrededor del unos 3.000 kilómetros. No obstante, están en construcción la conexión por Alta Velocidad hasta Galicia, Asturias, el País Vasco, Murcia, Granada y Extremadura, además del Corredor Mediterráneo.
RENFE PAGARÁ CON RECURSOS Y ENDEUDAMIENTO

En cuanto a la financiación del tren, Renfe asegura que lo costeará de forma autónoma, con lo que la compra "no afectará ni al déficit ni a la deuda pública", según garantizó el presidente de la compañía, Pablo Vázquez.

En concreto, el contrato lo firmará Renfe Viajeros, una de las cuatro filiales en las que se estructura la compañía, la dedicada al tráfico de viajeros, y se costeará con los recursos que esta empresa obtiene de su actividad y recurriendo al endeudamiento.

La operadora cuenta actualmente con una deuda de unos 5.000 millones de euros, "tras reducirla en un 40% en los últimos años", según su presidente. Además, prevé cerrar en beneficios en 2016 y encadenar así dos ejercicios consecutivos en 'números negros', gracias al impulso y las ganancias precisamente del transporte de viajeros en AVE.

Este servicio no recibe subvención pública alguna del Estado, que sólo aporta ayudas a la compañía para garantizar las líneas consideradas de servicio públicos, las de Cercanías y la mayor parte de las de Media Distancia (regional) convencional.

 

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