La resistencia de Sousa en Pescanova fue uno de los problemas del concurso

Parte del equipo de la administración concursal de Pescanova con Touza (segundo por la izquierda) y Hurtado (primero).
photo_camera Parte del equipo de la administración concursal de Pescanova con Touza (segundo por la izquierda) y Hurtado (primero).

Los administradores Senén Touza y Santiago Hurtado desvelan que la clave estuvo en la implicación de los bancos

 “En Pescanova un problema fue la resistencia de la antigua dirección a dejar el grupo”, asegura Senén Touza (Pontevedra, 1972) en una entrevista en “Expansión” en la que junto con su compañero de Deloitte Santiago Hurtado (Madrid, 1974) cuentan cómo fueron los largos meses del concurso de Pescanova (de marzo de 2013 en que presentó preconcurso a mayo de 2014), de la que fueron sus administradores concursales. Están considerados como “supermanes” de la administración concursal en España, señala “Expansión”.
Para ambos expertos, en el periodo previo al concurso legalmente es complicado apartar a la dirección a no ser que ésta lo haga voluntariamente y en Pescanova fue un factor que jugó en su contra. Para lograrlo hay que llegar al concurso y para muchas empresas es ya tarde, explica Santiago Hurtado.
Senén Touza precisa que “Pescanova tenía todos los males posibles: falta de liquidez, deuda oculta, proceso penal; pero la clave fue preguntarnos, nada más llegar, si aquella empresa seguía estando en un negocio rentable”, explica, “si tenía valor como negocio”. 

pedir dinero a los bancos
Cuando vieron que la respuesta era que si pasaron a pedir dinero a los bancos. “Entonces en la banca todavía existía ese emblema de que sobre el dinero malo no se pone dinero bueno”, dice Santiago Hurtado en la entrevista. Precisamente, apunta, es esa falta de liquidez puntual la que termina asfixiando a las empresas en situaciones preconcursales.
Finalmente convencieron a la banca de que “la alternativa, la liquidación, era peor para todos”, asegura Senén Touza que considera que la credibilidad y confianza que dio un equipo como el que Deloitte puso al frente de este concurso fue lo que convenció a los bancos.
Aseguran que lo que ha enseñado el caso Pescanova es que hay que “salvar el máximo valor en su conjunto, no discutir quien gana o quien pierde más, si los bancos, los bonistas o los accionistas”.
El tándem Touza-Hurtado también se puso al frente de la reestructuración de Vitaldent que les ha llevado apenas seis meses, frente a los casi tres años de Pescanova. 

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