Empieza la cuenta atrás para la adjudicación de la nueva gama de furgonetas de PSA Peugeot-Citroën. La factoría viguesa sacó ayer adelante un plan de recortes histórico con el único apoyo del SIT, que firmó el documento.
La empresa remitirá su propuesta al grupo automovilístico en los próximos días ya que un comité se reunirá en la primera semana de diciembre para evaluar si la planta de Balaídos cumple los criterios de rentabilidad para conseguir el vehículo por el que compite con la factoría de Eslovaquia. No obstante, la compañía recordó que la puesta en marcha de este plan de ajuste está condicionado a la adjudicación de dicho modelo ya que de no lograrlo no se aplicarían.
El SIT -sindicato mayoritario con 20 de los 33 delegados que conforman el comité de empresa en Balaídos- defendió las medidas porque están respaldadas por un "plan ambicioso con millonarias inversiones que situarán al centro de Vigo en la punta de lanza de la competitividad dentro del grupo", indicó en un comunicado. El sindicato asegura tener "la conciencia muy tranquila" porque se asegura el mantenimiento del empleo e insta a reflexionar sobre este "esfuerzo considerable" y de "trascendencia histórica" en favor del futuro de la planta.
El portavoz de CC OO, Pedro Comesaña, considera que "la decisión adoptada por una mayoría hay que respetarla. Es una democracia y tenemos que acatar lo que se decide aunque preferíamos seguir con la negociación, como propusimos", señaló en declaraciones a este diario. Preguntado sobre una posible respuesta sindical a modo de movilizaciones, Comesaña defendió la necesidad de tener "un clima laboral de tranquilidad en este momento trascendental para que se adjudique a Vigo la furgoneta".
a la espera de la adjudicación
El responsable de UGT, Rubén Pérez, defendió su rechazo a unas medidas "demasiado importantes y agresivas" para el conjunto de los trabajadores, pero aceptó la decisión. "Nos gustaría que la realidad fuera otra, pero no podemos engañar a nadie porque somos un sindicato democrático y respetamos ala mayoría", apuntó.
Por su parte, la CIG lamentó la actitud de la dirección de la empresa "haciendo uso de su sindicato" para llevar a cabo unos recortes "abusivos y sin consenso", señala Manuel Domínguez.
El portavoz de la CUT, Vítor Mariño, también mostró su descontento por "la imposición de los recortes salariales" y criticó que la empresa "coartó" los derechos sindicales "obligando a parar una huelga" que el sindicato convocó y desconvocó en plenas negociaciones.n
