Economía

Presiones y abuso de poder en una situación de dominio

La relación de un productor con una marca blanca comienza siendo una puerta a la siempre difícil de comercialización pero acaba siempre en una posición de dependencia del productor y de dominio por parte de la empresa que vende en el lineal del supermercado, que impone y baja progresivamente los precios hasta fulminar la rentabilidad del sector primario. El último eslabón de la cadena es el productor. Se da la paradoja de que algunas cadenas de éxito como Mercadona se han erigido en sus defensores por cuestiones de marketing y, sin embargo, ejercen sobre ellos grandes presiones. Se  han dado casos incluso en que alguna de estas cadenas, cuando el productor no se pliega a las abusivas exigencias, ha intentado desacreditarlo  ante terceros, incluso ante entidades bancarias con el objetivo de que no les den crédito para sus explotaciones.
Fabricantes o productores de determinados artículos que se comercializan para las marcas blancas prefieren no sacar a la luz pública este tipo de situaciones, por miedo en la mayoría de los casos a represalias y a que se corte un contrato de suministro. 
Sin embargo, privadamente, sí reconocen que en este tipo de operaciones comerciales "no hay negocio porque solo gana uno, que es el que vende el producto al público en el supermercado". Con ello la rentabilidad de las explotaciones está en riesgo, aunque algunos distribuidores lancen campañas orientadas a convencer al consumidor señalando que su compromiso con el entorno les lleva a aprovisionarse en los mercados locales para estimular su economía, cuando después, como el caso de Mercado que compra su marca blanca de aceite en Marruecos y la envasa en Portugal. No habría nada que objetar desde un punto de vista empresarial, si no fuese por el cinismo con el que intentan modular su imagen, ofreciendo incluso para ello dinero a medios de comunicación.
 Todo ello, está cimentado sobre actitudes que los productores tildan de "prepotentes" porque ya no solo fijan de forma unilateral los precios, sino que las fórmulas de pago se establecen a conveniencia única del supermercado, obviando la situación financiera en la que pueda quedar el productor, acaparando todo el beneficio y condenando a sectore enteros a situaciones de crisis y ruina. n

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