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Portugal disipa las dudas de la crisis del BES en el mercado

La Bolsa de Lisboa reaccionó ayer de forma tibia a la emisión de títulos a corto plazo.
photo_camera La Bolsa de Lisboa reaccionó ayer de forma tibia a la emisión de títulos a corto plazo.

Superó la emisión de títulos a corto plazo, por los que pagó intereses medios en mínimos históricos

Portugal puso ayer a prueba la confianza de los inversores en su deuda pública después del colapso del Banco Espírito Santo y superó con éxito la emisión de títulos a corto plazo, por la que pagó intereses medios en mínimos históricos. 

El Tesoro luso, tres meses después de que el país acabase los tres años del programa de la troika acreedora, colocó el máximo del montante previsto, 1.000 millones de euros, a una tasa media del 0,216%, lo que representa el nivel más bajo desde que se crearon los títulos a corto plazo en 2003.
Los títulos a un año abarcaron la mayor parte de la demanda (800 millones de euros) y se fijaron a una tasa del 0,21 % frente al 0,45 % de julio. Los restantes 200 millones de euros se vendieron a tres meses y a un interés del 0,097%, casi la mitad del 0,18% alcanzado en junio, cuando se realizó la anterior emisión en este plazo.
El principal índice de la Bolsa de Lisboa, el PSI-20, reaccionó, sin embargo, de forma tibia y pasó de abrir en verde (0,15%) a caer en torno al 30 % en las últimas horas de la sesión.
Para los analistas, las señales positivas en el mercado alejan el potencial contagio por la crisis del grupo Espírito Santo. "Los inversores internacionales supieron separar la deuda pública de la crisis en el grupo Espírito Santo, que tanto afectó a los mercados accionistas", señaló el analista de XTP Portugal, Steven Santos.
Las deudas contraídas por varias ramas del conglomerado empresarial acabaron por afectar a su brazo financiero, el Banco Espírito Santo (BES), que reveló pérdidas de 3.600 millones de euros en el primer semestre del año. El Banco de Portugal  intervino en la entidad el pasado 3 de agosto e impulsó un inédito plan de reestructuración que conllevó la creación de la división Novo Banco, separada de otra "mala" con activos tóxicos.
Para recapitalizar la entidad, el Gobierno se comprometió a traspasar 3.900 millones de euros del rescate al Fondo de Resolución.

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