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Más pérdidas en Bankia que en Novagalicia

José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia.
photo_camera José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia.

Si decidiese vender hoy, a precios de mercado, los contribuyentes deberían asumir una pérdida de unos 12.500 millones de euros, frente a los 8.000 millones perdidos en Novagalicia, la actual Abanca.

Adiferencia de Novagalicia, que fue privatizada -sin explicación oficial conocida- antes del plazo concedido por las autoridades europeas, Bankia sigue estando bajo el control del Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que a día de hoy controla un 66% de la entidad con sede en Valencia pero gobernada desde Madrid. Como quiera que cotiza en Bolsa, es fácil conocer su capitalización, es decir, lo que vale para el mercado: unos 12.070 millones de euros, de lo cual se deduce que el Estado tiene hoy en Bankia al menos 7.966 millones.
Si al valor de esas acciones se suma una venta que ya hizo el FROB por valor de 1.304 millones de euros, tendríamos unos 9.270 millones, a los que habría que sumar dividendos cobrados y otros pendientes, pero ni así llegaríamos a los 10.000 millones de euros. Como el Estado, tras sucesivas inyecciones de fondos al grupo Bankia, desembolsó 22.422 millones de euros, a día de hoy tendría en el aire -léase en pérdidas- unos 12.500 millones de euros.
Pero antes de que esto sea así o parecido -el Gobierno ya filtró que se daría por satisfecho si recupera 12.000 millones-, el FROB cocinará una fusión de Bankia con BMN -el banco formado por las antiguas Caja Murcia, Caja Granada y Sa Nostra-, lo que podría suponer una valoración para las acciones en manos del Estado de 690 millones de euros. El FROB puede hacer casi lo que quiera con esta operación de fusión, ya que controla la mayoría del capital en ambas entidades: un 66% de Bankia y un 65% de BMN, pero lo normal es que haga relucir Bankia.
Sea como sea y por mucho que el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, diga que su entidad es ahora "la más solvente" y "la más eficiente" de España, resulta que el Estado aún pierde más dinero en Bankia que en Novagalicia. En este último caso, unos 8.000 millones de euros, producto de haber inyectado 9.050 millones y vendido por 1.003 millones.
Para que esto no sea así y la cotización de Bankia suba en Bolsa -la mejor manera de que el Estado recupere más dinero-, Goirigolzarri tendrá que acertar con la gestión de BMN y mantener Bankia en ascenso. 
El precio actual de Bankia, en función de su PER -beneficio por acción-, no es precisamente bajo, lo cual no alimenta la lógica ambición del Estado. Pero también es verdad que en el sector financiero se cree que a Bankia le queda mucho por ordenar y limpiar -recursos no le faltan-, al tiempo que se comparte la idea de que sus gestores están haciendo los deberes. En definitiva, Bankia puede ser un caballo ganador, si bien la apuesta de partida es ya cara.
Otra incógnita es qué pasará con Bankia, una vez privatizada. ¿Seguirá como banco independiente? ¿Pasará a manos de una entidad extranjera, ahora que tanto se habla de crear bancos de dimensión europea, al gusto del BCE? ¿Se integrará en otro gran banco español, siguiendo los deseos del Banco de España? En este último escenario, ¿será catalán el banco beneficiado por la privatización, tal vez fruto de algún gran acuerdo político? ¿O se quedará en Madrid, en este caso en manos del BBVA, una vez que al Santander ya le pusieron en bandeja el Banco Popular, que previamente había absorbido al Pastor? A medida que vayamos viéndolo, no habrá que perder de vista el futuro de otros bancos pequeños, porque la estrategia de concentración de la banca sigue en marcha. 
@J_L_Gomez

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