Organizaciones de consumidores admiten que perjudica a los productores
Las ventas de las marcas blancas han sufrido un repentino parón y se alejan de las cifras de los duros años de la crisis. La consultora Nielsen, experta en estudios de mercado, dio a conocer a finales del 2014 un estudio según el cual diez años atrás la cuota de mercado de este tipo de etiquetas era de un 25%, pero habría subido al 38% en entre 2012 y 2014. Sin embargo, ya en el 2014 el ritmo de cuota de mercado se fue ralentizando, incluso se ha frenado ya que se registra un recorte de un 1% en el último ejercicio.
El mes de julio de este año la consultora IRI dio a conocer un análisis según el cual las llamadas marcas de distribuidor cotizan a la baja. La consultora señalaba que en Francia en el año 2013 ya se apuntaba una clara pérdida de interés por parte de los consumidores sobre este tipo de productos, pero un año después ya eran otros países como Alemania, Holanda, Italia o Reino Unido los que se apartaban de esa tendencia de consumo.
Todos los expertos apuntan a que hay una relación causa y efecto entre las ventas y la crisis. Por lo tanto, cuanto más acusada es la crisis económica, más acude el consumidor a las marcas blancas, que suelen ser más baratas. Sin embargo, también el sector ha reaccionado y los fabricantes han decidido poner cota a este tipo de productos.
Muchos fabricantes se han lanzado a realizar ofertas muy agresivas para contrarrestar los precios de las enseñas de distribución, con lo que el consumidor ha retomado su confianza sobre la marca de fabricante, esquivando la confianza sobre la marca blanca. Es más, según las empresas de análisis de mercado Kantarpanel y Promarca, las firmas vuelven a apostar por la marca de fabricante en vez de por las enseñas genéricas.
CONSUMIDORES
También las organizaciones de consumidores han expresado su opinión sobre las ventas de este tipo de productos o artículos. Reconocen que son más baratas, pero también realizan importantes objeciones sobre este tipo de compras. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), señala que "ya no son tan baratas" porque "los últimos estudios de precios de OCU demuestran que las diferencias con el resto de marcas se acortan".
A este factor genérico habría que sumar que "las cadenas de supermercados deciden lo que se vende y ponen a su marca blanca a competir con ventaja". Por lo tanto, "unos pocos distribuidores ganan más y más fuerza, decidiendo lo que se come en España", dice la OCU, sin dejar de recordar a los consumidores que "la capacidad de elección se pierde por el camino: solo te queda la marca blanca y la marca líder (han barrido del mapa al resto)".
Habría que sumar también que "destruyen industria ya que no dejan hueco para las segundas y terceras marcas, lo que se traduce en el cierre de empresas medianas a las que se impide llegar al super. Al no poder vender, o quiebran o se ponen a trabajar para la marca blanca". La citada organización denuncia "un lastre para la innovación porque no todos tienen dinero para gastar en innovar", añadiendo que "aunque lo hagan, no hay garantía: la mayoría de las innovaciones terminan siendo fracasos".
La entidad que defiende los intereses de los consumidores también recuerda que, en términos de innovación y lanzamiento de nuevos productos, "para encontrar algo nuevo hay que probar y fallar y volver a probar", incidiendo en que "en algunos casos, una marca blanca copia un producto novedoso y se lleva los beneficios sin gastar un euro en innovación".
INNOVACIÓN
Precisamente, la asociación Promarca detalla en uno de sus estudios que son las marcas de fabricante las que desarrollan toda su capacidad de innovación e investigación con el fin de dar mejores productos al comprador, mientras que las marcas blancas se limitan a ser la rémora de las primeras, copiando sus resultados. En este sentido, Promarca el 6% de la inversión en Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) corre por cuenta de las marcas blancas, mientras que el 96% restante lo asumen las marcas de fabricante. n
