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Gastos imprevistos: cómo llegar a final de mes

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Nuestra economía familiar puede verse, de repente, alterada por alguna situación inesperada que es necesario afrontar. Gastos imprevistos con los que no contamos y que llegan sin previo aviso. Una avería en el coche, la reparación o cambio de un electrodoméstico, se rompen las gafas, una derrama de la comunidad, una factura que se ha disparado…

Para solventar estos inconvenientes de la mejor manera posible es esencial tener en la recámara ciertas herramientas, pequeños trucos que nos ayuden a llegar a final de mes cuando esto ocurra. 
Planificar y ajustar el presupuesto

La planificación es fundamental para que nuestra economía doméstica no se resienta si aparecen gastos inesperados con los que no contábamos. Podemos elaborar un presupuesto mensual en el que especifiquemos nuestros gastos y nuestros ingresos, y así controlar bien todos los movimientos. Sobre todo, evitar salirse de él y realizar compras compulsivas o gastos superfluos. No obstante, es importante dejar margen para ajustarlo llegado el caso. Por ejemplo, si tenemos que comprarnos unas gafas nuevas porque se nos han roto por accidente, tocará ajustar el dinero que dedicamos a actividades de ocio y tiempo libre.

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Ahorrar para tener una provisión

Para poder establecer este presupuesto, podemos intentar ahorrar un poco mes a mes. De este modo, dispondremos de una provisión que, llegado el caso, nos ayude a solventar este problema inesperado. Puede bastar con ir guardando pequeñas cantidades de dinero, lo que se pueda o se considere, pero seguro que si tenemos que hacer frente a algún gasto que no esperábamos, la situación será menos complicada. 

Tener preparado un plan B

Todavía no se ha presentado ese escenario que puede hacer tambalear la economía de nuestro mes, pero es fundamental que tengamos en mente una posible solución por si se diera el caso. Por ejemplo, si ya sabemos que un determinado fin de semana vamos a celebrar una comida familiar, podemos congelar algo de comida antes, cuando la dispongamos de efectivo para comprar. Así, si llegado el momento no tenemos liquidez para preparar lo que teníamos pensado, podremos disfrutar de un rico menú con las provisiones que ya habíamos guardado. Para temas de transporte, por ejemplo, sería bueno tener en mente qué otras opciones tenemos disponibles si el coche se estropea: transporte público, otros medios como la bicicleta, algún amigo o compañero que pueda ayudarnos en los desplazamientos, etc.

Revisar el estado de las cosas

Un correcto mantenimiento del coche y de los electrodomésticos, por ejemplo, puede ayudarnos a evitar ciertos gastos imprevistos. O, al menos, se retrasarán o se espaciarán más en el tiempo, ya que si intentamos que todo funcione bien durante el máximo tiempo posible estaremos evitando esa situación en la que, de repente, toca llevar a cabo un elevado desembolso que puede hacer que pasemos dificultades para llegar a final de mes. 

Está claro que las revisiones del coche cuestan dinero, pero peor será si no las llevamos a cabo, ya que cuando menos lo esperemos, llegará una avería. El gasto será, seguramente, mucho mayor. O si llevamos un tiempo observando que la calefacción no termina de calentar como debería, no deberíamos  esperar a que la caldera se estropee del todo (además de por temas de seguridad), ya que tener que cambiarla supondría un gasto muy elevado. Quizá con un arreglo puntual pueda solucionarlo y así nos adelantamos a los problemas.

Solicitar un anticipo de la nómina

Si trabajamos por cuenta ajena y nos surge un contratiempo económico puntual quizá necesitemos pedir un anticipo de nómina en la empresa. Habitualmente solo podremos solicitar que nos abonen por adelantado el salario que corresponde a los días que ya hemos trabajado ese mes y que todavía no hemos cobrado. También es posible solicitar este pago directamente en el banco, aunque dependerá de las condiciones de cada entidad. Si trabajamos por cuenta propia, podemos intentar cobrar las facturas impagadas o emitir las nuevas de pronto pago.

Pedir un minicrédito

Puede ser que no tengamos dinero ahorrado, ni un plan B, y que tampoco podamos pedir un anticipo de nómina porque trabajamos por cuenta propia, por ejemplo. En estas situaciones podríamos afrontar ese gasto imprevisto solicitando un minicrédito en empresas especializadas que, como en el caso de MoneyMan, permiten acceder online, de forma rápida y cómoda, a una determinada cantidad de dinero. Es un recurso puntual y no hay que abusar ni depender del mismo. Debemos considerar solicitarlo en el caso de que tengamos la certeza que podremos devolverlo en el tiempo que nos marcamos. Se trata de solventar un problema, no de hacerlo más grande. 

Fraccionar los pagos

Si tenemos la posibilidad y nuestra entidad bancaria lo permite, podemos fraccionar los pagos de aquellos gastos que tenemos que abonar. Hacerlo en cantidades más pequeñas puede aliviarnos de esa carga que se ha presentado sin avisar. 

Nadie está libre de padecer alguna situación que, no por ser inesperada, exime de la responsabilidad de afrontarla. A veces puede ser un gasto imprevisto no demasiado grande, pero también puede ocurrir que se presenten varias situaciones inesperadas y que la suma de ellas resulten en una cantidad considerable. Poner en práctica estos consejos no nos librará de que sucedan imprevistos, pero nos ayudará a estar preparados y a llegar a final de mes con menos complicaciones.

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