Los empresarios piden "no alarmar" con la propuesta del Gobierno de prohibir los diésel, gasolina e híbridos en 2040. Los sindicatos temen efectos negativos en futuras inversiones y en el empleo. Las gasolineras no ven posible montar la infraestructura y a los concesionarios les preocupa la bajada de ventas. PSA Vigo esá preparada para el reto electrico. Sánchez: "Tenemos que ser valientes"
Con prudencia y cierto escepticismo ha calado en Vigo el plan del Gobierno de prohibir en 2040 las ventas de coches de gasolina, diésel e híbridos. "Hay que tomarlo con cautela porque se ve lejos y hablamos de algo que afectaría a muchísima gente, pero creo que no es necesario trasladar mensajes de intranquilidad, incertidumbre y miedo", señala el presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP). Jorge Cebreiros lamenta este tipo de informaciones en un momento "en el que tenemos un problema muy grave con el paro en toda España y en Vigo en concreto cuando se está negociando un ERE en la automoción (PSA). No queremos más Alcoas", señala el presidente de la patronal aludiendo al cierre de esta compañía.
La CEP cree que "se están haciendo los deberes" con la fabricación de vehículos menos contaminantes y con restricciones en las grandes ciudades. "Ya se está produciendo un cambio de modelo y hablar de 2040 en esos términos me parece imprudente", señala.
En esta misma línea se manifiesta la asociación provincial de los transportistas Asetranspo, que lo ve una "utopía" e "inviable crear una infraestructura de tal magnitud" que sería necesaria para abordar la electrificación del parque de vehículos. "Creo que está fuera de lugar y que el Gobierno habla sin conocimiento, atreviéndose a poner fecha de caducidad", señala el presidente del colectivo, Ramón Alonso. En cuanto a su gremio, apunta, además, que "no hay alternativas. Industriales eléctricos hay cero. Lo veo un cuento", explica.
Por su parte, el presidente de la Federación Gallega de Estaciones de Servicio (Fegaes), Benigno Redondo, lo ve "un disparate" y cree que es "impensable para el que tenga un camión". "No nos coge por sorpresa porque los fabricantes llevan años trabajando en este sentido y lo tenían previsto pero anunciar una prohibición tan rotunda para dentro de 20 años me parece inviable, tendrán que darle una vuelta de tuerca", sostiene.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recordaba ayer mismo que otros países europeos como Alemania pretenden acabar con los vehículos contaminantes 10 años antes que España. "Eso pregúnteselo a Merkel, que lo tiene planeado para 2030", se limitó a responder a los periodistas en los pasillos del Congreso. "Tenemos que ser valientes en todo lo que tiene que ver con el cambio climático", indicó.
La ministra de Industria, Reyes Maroto, advirtió que si España no produce más vehículos eléctricos, perderá su liderazgo.
Los sindicatos temen efectos en el empleo y en futuras inversiones
nnn UGT pide que se asegure el futuro del empleo de la automoción, especialmente por el impacto que tendrá en la industria de componentes vinculadas a los motores de combustión. "No se pueden realizar anuncios grandilocuentes sin concretar y menos en un sector tan potente como el automovilístico", señala Rubén Pérez, responsable comarcal de la federación de industria de este sindicato. El ugetista ve importante "la necesidad de atraer inversiones" relacionadas con este nuevo modelo de producto.
El sindicato a nivel nacional espera que el Gobierno se tome en serio el proceso de transición hacia el coche verde y apueste por un Pacto de Estado por la Industria. "Poner fecha de caducidad a la matriculación de vehículos diésel, gasolina e híbridos sin antes abrir una mesa negociación, se nos antoja una temeridad que hace un flaco servicio al sector del automóvil en nuestro país, tan necesitado de inversiones urgentes en materias como formación de los trabajadores, infraestructuras, activación de contratos de relevo que faciliten el relevo generacional", indica en un comunicado.n
