LUIS CARAMéS COORDINADOR GRUPO COLMEIRO

“El déficit principal de Galicia es la poca atracción por emprender, por tomar riesgos”

Luis Caramés Coordinador Grupo Colmeiro
photo_camera Luis Caramés Coordinador Grupo Colmeiro

El profesor Luis Caramés (Cerdedo, 1949) se ha puesto al frente de un grupo de intelectuales gallegos, la mayoría economistas, pero también profesionales del Derecho y la Ciencia Política, para crear el Grupo Colmeiro. Un “think tank” para reflexionar sobre Galicia y aportar a la sociedad ese conocimiento.

Caramés cree que, como la frase atribuida a Benedetti, “cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, nos cambiaron todas las preguntas”. Así que propone poner las luces largas para analizarlo con perspectiva.

¿Por qué nace Grupo Colmeiro?
Nace con la finalidad de contribuir, desde el rigor, la pluralidad y la experiencia, a enriquecer el debate económico entre especialistas, pero con vocación de estar abierto a la sociedad. Lo formamos sobre todo economistas, pero hay también miembros del mundo del Derecho o de la Ciencia Política, así como expertos procedentes de otras profesiones y formaciones. 


¿Por qué el nombre de Colmeiro?
Manuel Colmeiro fue un profesor, jurista y economista, nacido en Santiago de Compostela en 1818, con cátedra en Santiago y posteriormente en Madrid. Diputado y miembro de numerosas sociedades científicas, tanto españolas como europeas. Sin entrar en detalles propios de la historia de las ideas, baste decir que Colmeiro insistió en la necesidad de observar los hechos en las ciencias sociales, en la utilidad de métodos analíticos. Como detalles que pueden resultar hoy en día interesantes, era contrario a que los gobiernos cediesen al Estado las grandes vías de comunicación, tenía una opinión favorable al papel de los sindicatos para resolver conflictos y defendía una legislación limitadora del trabajo infantil. De todo ello no hay que deducir que fuese un progresista, como diríamos hoy. En fin, nos pareció que como gallego y economista, adoptar su nombre resultaba muy pertinente.


¿Qué se puede adelantar de las actividades del grupo para 2016?
Además de proseguir con tareas organizativas internas, en el primer trimestre del año dedicaremos una jornada al debate en torno a los problemas demográficos en Europa y en Galicia, más particularmente. Para ello contaremos con expertos internacionales y del país. Creemos es un tema estratégico, al que ya se han dedicado trabajos y coloquios, pero queremos contribuir también con las visiones más actuales, incluyendo una reflexión sobre las migraciones, y con los enfoques más enriquecedores. Luego celebraremos varias sesiones de trabajo sobre temas diversos, como la energía, sin olvidar, claro está, un asunto que va a ser prioritario, la reforma de la financiación autonómica. Después del verano seremos los anfitriones de las V Jornadas Iberoamericanas de Financiación Local, continuación de las que se llevaron a cabo en 2015 en Santiago de Chile. 


Forman parte del grupo profesores de las universidades de Santiago y Coruña ¿Están abiertos a la de Vigo? 
Por supuesto y en breve se incorporarán varias personas de esa institución, que mostraron interés. El Grupo Colmeiro nace en Galicia, sin limitaciones territoriales de ninguna clase. También, conscientes de que el mundo es ya muy pequeño y de quienes son nuestros vecinos y cuáles son los países americanos más próximos a los gallegos, hemos incorporado miembros internacionales pertenecientes a universidades o instituciones de investigación, de Francia, Portugal, Suiza, Argentina, Brasil, México, Uruguay y Chile.


Cambiando de asunto ¿cómo cree que fue 2015 para Galicia?
La Galicia de lluvia y calma, que decía Miguel Hernández, ya no está tan ensimismada ni, desgraciadamente, mantiene unos ciclos regulares y tradicionales de lluvias, aunque estos días no parezcan avalar el cambio climático. Pero Galicia contiene, al menos, dos Galicias, una, afincada en torno al eje atlántico, dinámica, más joven relativamente, más industrial, y otra, despoblada, con islotes de cierto emprendimiento, pero incapaz de retener población y aparentemente destinada a la desertización, valga la expresión, seguramente exagerada, pero que se aproxima bastante a lo que está ocurriendo ante nuestras narices. Tenemos que reaccionar, o nos quedaremos, en una parte relevante del territorio, como un parque temático natural antropológico. Pero yendo a tu pregunta más concreta y coyuntural, la economía gallega ha crecido significativamente –para los parámetros postcrisis-, pero menos que otras, pues es sabido que la actividad ha mejorado más en el centro y en el este de España, debido a su localización y a su propia estructura productiva. Un dato interesante, ligado a la crisis, pero también a la iniciativa de parte de nuestro empresariado, ha sido el mejor posicionamiento en el exterior, que habría que seguir profundizando. 


¿Y qué perspectivas avanza 2016?
Para el próximo ejercicio, hay que tener en cuenta en primer lugar la evolución política, pues la sospecha de inestabilidad produce alergia en inversores nacionales y extranjeros. Las expectativas son fundamentales en economía. Por eso es importante que el gobierno del Estado se forme lo antes posible. De no ser así, habrá que ir a nuevas elecciones, lo que no es ningún drama, pero la economía se resentirá, pues todavía no se ha fortalecido lo suficiente y en muchos aspectos, está aún convaleciente. El consumo interno se está recuperando lentamente, el turismo parece va a seguir su progresión destacada, en el que la bandera de enganche del fenómeno jacobeo ejerce su liderazgo, y las exportaciones presentan buenas perspectivas. Sobre todo esto se encuentra el paraguas del Banco Central Europeo, del menor precio del crudo y de la depreciación del euro. Pero creo que en lo que se puede hacer dentro de las coordenadas políticas del gobierno gallego, su gestión ha sido bastante acertada. No entro en políticas sectoriales muy concretas, en las que mi capacidad de juicio puede estar limitada por insuficiencia de información. 


¿Cuál cree que es el principal problema de Galicia?
No me atrevería a contestar a una pregunta tan concreta, quizá porque tengo la convicción de que los problemas no suelen ser unidimensionales, sino más bien poliédricos. Yo creo que el déficit principal es cultural, de poca atracción por emprender, por tomar riesgos, la ausencia de referentes bien arraigados, en el imaginario de las sucesivas generaciones, en el mundo de la empresa, de la tecnología. Queda mucho por hacer en este sentido.


¿Se acabó la crisis?
La crisis recuerda aquella frase atribuida a Benedetti, cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, nos cambiaron todas las preguntas. Caminábamos por una senda artificiosa, que, como se demostró, sector de la construcción mediante, tenía muy débiles fundamentos. No estoy nada seguro de que las actitudes, personales, sociales, políticas, éticas, que consintieron llegar a aquel desastre, hayan sido erradicadas de los valores sociales que se siguen compartiendo. Al menos en parte, seguimos contestando con respuestas viejas o equivocadas a un cuestionario bien diferente. Por otra parte, Europa es una tarea pendiente, su gobernanza ha empeorado.


¿Qué hemos aprendido de esta crisis?
Vivimos en una sociedad que rinde culto a la inmediatez, todo envejece muy deprisa, el olvido llega rápido. Pero la crisis ha sido muy profunda y deja huella, a pesar de todo.  La avaricia, la arrogancia, la falta de ética, la manipulación, los productos complejos, las medias verdades, el maquillaje de las cuentas, el beneficio a muy corto plazo, la infravaloración de los riesgos, la corrupción y más, todo muy involucrado en la desfeita. Miopía y bienestar con pies de barro. Demasiado para ser olvidado tan pronto. Creo que con la mundialización hemos destapado la lámpara y se ha escapado el genio. La globalización necesita gobernanza a ese nivel y, por lo tanto, esa es una tarea pendiente que llevará tiempo, aunque no podemos excluir aceleraciones en la historia. Todo está relacionado con todo, los comportamientos económicos y financieros poco virtuosos, también. Se es ahora más consciente de que grandes expansiones fomentadas con Deuda no son deseables, de que la inversión pública debe pasar un exigente filtro de análisis coste-beneficio, y de que el sector privado, cuando toma libremente sus decisiones, asuma también sus costes si las cosas no les salen bien.


¿Cuál es el reto más importante que tiene Galicia por delante?
A largo plazo, pero con acciones desde ya, mejorar la educación y potenciar la valoración de la iniciativa, individual y colectiva. El espíritu de empresa. En lo cotidiano, tratar de diversificar la estructura productiva, luchando por dar más valor añadido a nuestros bienes y servicios.


¿Vivimos una nueva transición?
O muy mal se ha enseñado la historia o lo que se escucha muchas veces respecto a la transición a la democracia, debe referirse a otro país. Seguramente hay alguna tarea pendiente, pero en lo sustancial se transformó el aparato productivo, se reformó profundamente el sistema fiscal. Quizá sea hora de renovar aquel pacto político, social y económico, para dar un nuevo impulso al país, camino de otros decenios de progreso. Sólo los que no quieren ver o prefieren no verlo, pueden decir que España es la misma. Y no lo es para bien, a pesar de todas las dificultades, que siempre parecen infranqueables cuando se circula con luces cortas.

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