El contrato presentado ayer en Vigo abre la puerta a dos contratos que se podrían confirmar antes del 2018
El astillero vigués Barreras cerró ayer un contrato histórico con la multinacional Ritz-Carlton para construir un crucero de lujo de 190 metros de eslora, 250 millones de euros de financiación que dará trabajo a entre 600 y 800 personas de media en los próximos dos años, hasta el 2019. Para escenificar este día se presentó el buque con la presencia del presidente de Barreras, José García Costas; el responsable de Ritz-Carlton Yatch Collection, Lars Clasen; el responsable de la división de yates de Ritz-Carlton, Douglas Prothero; el vicepresidente de Marriot International (propietaria de Ritz-Carlton), Timothy Grisius y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.
La parte más importante de este contrato, como adelantó Atlántico, es que incluye una cláusula por la cual se podrán realizar otros dos cruceros de similares características si se cumplen las expectativas del armador. García Costas señaló que su "deseo" es que el segundo buque se confirme antes de que finalice el año. Douglas Prothero aclaró que era el deseo de Ritz-Carlton encontrar un armador que hiciera sus tres primeros barcos.
Este buque marca un registro histórico nada desdeñable. Será el buque civil más caro construido hasta la fecha en España. Cada metro del barco costará 1,2 millones de euros. Para que esto sea posible, Barreras logró que seis entidades financiasen el buque a través del esquema del "tax lease". Banca March, artífice del instrumento financiero, CaixaBank, Abanca, Ibercaja, Popular-Pastor y Sabadell-Gallego, así como las entidades públicas ICO, Igape y Cesce. A pregunta de este diario, Costas señaló que Pemex figura como aval en la operación y fuentes del sector destacan la importancia de su influencia.
La cadena de hoteles de lujo Ritz-Carlton, propiedad de Marriott International, entra de este modo en el mercado de yates y cruceros de lujo para operar en los viajes de alto nivel marítimos a finales de 2019. Se iniciará con travesías de entre 7 y 10 días a destinos como el Mediterráneo, Canadá, el Caribe o América Latina.
Ritz-Carlton desembarca así en este nuevo nicho de mercado, que define como cruceros de "ultralujo", una mezcla de crucero de menor tamaño y yate exclusivo. La firma confirmó que construirá tres de estas embarcaciones, y que la primera tendrá capacidad para algo menos de 300 pasajeros.
García costas subrayó que, tras 125 años de historia y más de 1.600 botaduras, Barreras asume ahora "un nuevo reto", un desafío que va a "superar con muy buena nota" porque tiene el conocimiento, la experiencia y el personal adecuado para llevarlo adelante.
Por su parte, el responsable de Ritz-Carlton Yatch Collection, Lars Clasen, ha admitido que la firma del contrato llegó tras cierto "escepticismo inicial", pero que la experiencia en construcción de barcos de alto nivel, el buen equipo de gestión y la gran profesionalidad, inclinaron la balanza en favor de Barreras.
"Este barco es un producto muy elaborado, no se puede hacer en cualquier astillero, y nos impresionó el cluster marítimo y la existencia de muchas subcontratas muy capaces en la Ría de Vigo", añadió.
Otro de los responsables de la división de yates de Ritz-Carlton, Douglas Prothero, explicó que este primer buque es un "híbrido" entre yate de "ultralujo" y crucero, tendrá, capacidad para 240 tripulantes y unos 300 pasajeros, altas prestaciones de confort, y ofrecerá toda una "experiencia a medida" para los clientes.
Por su parte, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, celebró la incursión de Barreras en un mercado nuevo y con perspectivas de crecimiento, como es el de los yates-crucero de lujo, en expansión en Europa. Feijóo constató que este crucero de lujo "no es un barco más" para la industria gallega, sino que "abre posibilidades" de mercado a las empresas que, en este momento, tienen firmados o a punto de firmar contratos por 2.843 millones de euros. Según apostilló, Galicia "está escalando posiciones y opta a ser referente" europeo en construcción naval.
El astillero llevaba cinco meses sin un buque en sus gradas. Fue el "Reforma Pemex" para la petrolera mexicana.
