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Las Cámaras ajustan gastos y buscan nuevas fórmulas para financiarse

Las cámaras gallegas ya colaboran y el mejor ejemplo es el plan de exportaciones, Foexga.
photo_camera Las cámaras gallegas ya colaboran y el mejor ejemplo es el plan de exportaciones, Foexga.

Las fusiones de entes es un debate sin cerrar pero la mayoría coincide en que debe haber más colaboración

nnn Las Cámaras de Comercio gallegas se han ajustado el cinturón. El cambio normativo que supuso el fin de la obligatoriedad de las empresas de pagar la cuota ha supuesto un duro golpe en las cuentas de estas corporaciones de derecho público y, aunque la mayoría está capeando el temporal, hay algunas cuya situación es muy delicada, como el caso de Lugo y Ferrol, sin directiva, sin planes claros y con una abultada deuda.
La nueva Ley de Cámaras prevé varias vías de financiación para las Cámaras: las aportaciones voluntarias de las empresas, el cobro por los servicios prestados a las empresas y las encomiendas de gestión que realicen las administraciones públicas.
La Cámara de Vigo ha ajustado su plantilla prescindiendo sólo de contrataciones temporales. Su presidente, José García Costas, explica que “una de las bases del futuro de la Cámara se apoya en su capacidad para prestar servicios competitivos, lo que requiere personal especializado”.
En cuanto al presupuesto, dada la incertidumbre de esta transición entre modelos, los ha prorrogado. No obstante “se persigue intentar ajustar los gastos a los ingresos y, al mismo tiempo, maximizar las entradas procedentes de los servicios y actividades desarrolladas por la Cámara”, señala García Costas. Juega con la ventaja de que no tiene deuda. “Los locales que ocupa tanto la sede cameral y su Centro de Formación, así como el Vivero de Empresas están totalmente libres de cargas, y disponemos de una tesorería que nos permite asumir el inevitable periodo de transición hacia un nuevo modelo”, precisa el presidente. En cuanto al futuro de los ingresos trabaja en un sistema de aportaciones voluntarias por las empresas, que complementen los ingresos por servicios. García Costas cree que el papel de las Cámaras es “imprescindible. Se trata de instituciones presentes en todo el mundo, bien es cierto que bajo diferentes modelos, por lo que estamos convencidos de que, si bien el panorama en algunos años será diferente al de antes del 2010, las Cámaras seguirán siendo necesarias y desempeñando labores clave”.  
Tampoco tiene deudas la Cámara de Pontevedra. Para su presidente, Eduardo Barros, “lo primero que hay que hacer es un proceso de reestructuración para que sean competitivas, la orientación a servicios y que las leyes nos amparen para ejercer las funciones que tenemos asignadas” por ello reclama a las administracines “que nos acompañen en esta nueva senda porque damos servicios muy eficaces pero hace falta voluntad política”.
En este sentido, la Cámara de Pontevedra “ha tomado medidas para estar bien adaptada y tenemos capacidad de endeudamiento, además de que es una Cámara muy activa en iniciativas de apoyo a los empresarios”, subraya.
Barros es contundente, cree que habrá fusiones “o trabajamos en equipo o nadie sobrevive, a no ser que sea con reducciones muy drásticas”, asegura.
A pleno rendimiento y sin deudas también está la Cámara de Santiago. Su secretario general, Fernando Barros, explica que en diciembre pasado el pleno aprobó un nuevo modelo basado en una corporación de derecho público con financiación privada, mediante ingresos por prestaciones de servicios, cuotas voluntarias y convenios con administraciones. Sus ingresos se han reducido de forma notable al desaparecer el recurso cameral obligatorio, como en todos los casos, que rondaba el 60% del presupuesto “pero estamos intentando recuperarnos aunque esto no se hace de un año para otro”, precisa.
Destaca el secretario de la Cámara de Santiago el plan de fomento de las exportaciones como ejemplo de cooperación entre las cámaras gallegas que se lleva haciendo 22 años.
La Cámara de A Coruña está entre las diez primeras de España y tiene una envidiable situación económico-financiera. Sus cuentas se cerraron con superávit durante más de 30 años y continuaron en 2011, 2012 y 2013, además de no tener deudas. Su presidente, Marcelo Castro-Rial, explica que es el resultado de “una política de gestión en la que se combinó la racionalización del gasto y la generación de ingresos, y que está permitiendo a la entidad desarrollar nuevas actividades y servicios en 2014”.
Para llegar a esta situación, la Cámara coruñesa comenzó su plan de ajuste hace 10 años que culminó a mediados de 2013. Durante este período se realizó una reducción de plantilla, de alrededor del 30%, pasando de 31 a 20 profesionales. 
Sobre las fusiones de Cámaras en Galicia, Castro-Rial considera que “será la Xunta de Galicia, que está ultimando la ley autonómica que regirá las Cámaras, quien tendrá que valorar la posibilidad de que se desarrollen fusiones o alianzas”, aunque cree en la colaboración. n

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