La banca española no tiene previstas de momento nuevas reuniones con los responsables de Pescanova o de Damm a pesar del cambio en los plazos para las adhesiones al convenio de la empresa. Las negociaciones se rompieron la semana pasada y las entidades financieras esperan que Damm mueva ficha, aunque las posibilidades de un acercamiento se ven improbables.
En este sentido, el viernes pasado los principales acreedores (los bancos Popular, Sabadell, NCG, Caixabank, BBVA y el italiano UBI) dieron por rotas las negociaciones, a apenas cuatro días del plazo para presentar las adhesiones a la propuesta de convenio, hecha por Damm y Luxempart.
Las divergencias entre las partes derivan de que el acuerdo suponía recuperar 1.000 millones de deuda, pero la propuesta finalmente registrada prevé 700. Otras diferencias están en la capitalización y en el interés del consorcio en presentar el concurso de acreedores exprés para las filiales españolas de Pescanova.
La banca tiene sus propios planes para Pescanova y hace unos días presentó un escrito al administrador concursal comprometiéndose a reflotar la empresa en la fase de liquidación. La propuesta de las entidades financieras para reflotar la compañía contempla una inyección de capital de 115 millones de euros.
