JOSÉ LUIS SUÁREZ PRESIDENTE DEL GRUPO COPASA

“Con el Ave a la Meca seremos una referencia de la ingeniería española”

José Luis Suárez, presidente de Copasa
photo_camera José Luis Suárez, presidente de Copasa

 Copasa, la sociedad matriz del grupo constructor ourensano, cerró el año 2013 con 308 millones de euros de facturación, con un incremento del 30% sobre el ejercicio anterior

. La constructora sigue siendo una de las referencias de esa provincia, con 1.100 trabajadores de plantilla media, pero sus miras están ya en muchos países, con un 65% de sus actividades fuera. Su presidente, José Luis Suárez analiza la coyuntura de la empresa, pero también el sector y Ourense, provincia a la que ve con dificultades, pero con futuro, siempre y cuando se generen oportunidades.

2013 cerraron con 308 millones de euros de facturación en la sociedad matriz del grupo, con 12 millones de euros de beneficios. Aún así, ¿ha sido un año complicado?
Desde el 2008 en España y desde el 2010 en nuestro sector, todos han sido años complicados. El año pasado supuso el cambio claro en nuestra compañía desde el mercado nacional al mercado internacional y la licitación también ha sido complicada. Dentro de eso creo que ha sido un año razonablemente satisfactorio porque hemos crecido y hemos mantenido margen, que era lo máximo a lo que podíamos aspirar. 


Viniendo de un 2012 tan complicado y con la obra pública a la baja, ¿dónde ha estado la clave para remontar?
En el 2012 habíamos tenido una bajada clara de la actividad por la desaparición del mercado nacional y aún no lo habíamos sustituido por el internacional. Por lo tanto la clave ha sido esa, que el mercado internacional ha explotado de una forma clara.


¿Cómo se consigue posicionar a una empresa para que tenga en estos momentos el 65% de su actividad fuera de España?
Aparte de la necesidad, que es la que nos ha obligado, yo creo que la clave está en buscar oportunidades y alternativas, porque en España la actividad es muy pequeña, en mercados sensibles y en donde aportes algo. Eso es lo que te permite competir. No podemos pretender que vamos a ir enseñarles al resto de los países a construir o a competir con los empresarios locales porque eso es muy difícil. Lo importante es estar en aquellos sitios en los que nuestras especializaciones o nuestras acreditaciones nos permiten estar en un mercado más exclusivo, intentar en esos mercados competir abiertamente. Por ejemplo, el mercado ferroviario para nosotros reúne esos requisitos de especialización, de menos competencia, y donde nosotros podemos aportar conocimientos y capacidades que no son tan de uso común. En otros mercados también nos sentimos especialmente capacitados como el del agua, las obras portuarias y otras actividades que nos permiten esa presencia y esa sustitución obligada del mercado nacional por el internacional.


¿En algún momento se recuperará la licitación pública en España, aunque sea inferior a los datos del 2007 y anteriores?
Esta es una pregunta con una trascendencia muy importante y a ver si mi planteamiento también lo es. No soy ningún adivino para saber cuándo eso va a suceder. Desgraciadamente sí que da la impresión de que no habrá una confluencia en mucho tiempo tan importante como la hubo hasta el año 2008 en el mercado de las infraestructuras y el inmobiliario. Eso, posiblemente no lo volvamos a ver y a lo mejor es razonable, no por la vía de las infraestructuras, que todas son pocas, pero sí por el lado inmobiliario, que hay que acompasarlo con pasos más medidos. Pero, dicho todo esto, no sé si el peso del sector tiene que ser un 18% del PIB, 12% o un 8%, pero a este país le hace falta tener un porcentaje razonable de participación de este sector en la actividad económica. Por muchos motivos, sobre todo porque nunca está cerrado un país ya que desde el punto de vista de sus infraestructuras le hace falta acabar muchas cosas. Es evidente que la alta velocidad ha sido una apuesta, pero falta mucho por acabar, pero más allá de esta necesidad, hay que reflexionar lo que supone este sector dentro del equilibrio económico de este país o la creación de empleo. Lo fácil para un gobierno es que para cuadrar las cuentas pueda decidir que si esta carretera no la hago este año la hago el año que viene. Si caes en ese sistemático error le retiras a la sociedad una inyección de empleo muy importante. Hay estudios que dicen que el retorno fiscal de las infraestructuras supone un 60% y también el retorno laboral es muy importante. Quiero decir que en vez de quedarse en lo fácil, de dejar la carretera para el año que viene, puede ser que en estos momentos que la coyuntura económica está más desahogada puede ser más razonable poner 5.000 millones adicionales en inversión en infraestructuras, que crearían una base de nuevos empleos que los recogería la construcción y que serían difíciles de encaminar en otras actividades. A eso debería prestar atención el Gobierno y desde el punto de vista gremial, las constructoras españolas nos desarrollamos gracias a inversiones decididas en infraestructuras y necesitamos tener una base de actividad.


Acaba de mencionar que tenemos una coyuntura económica desahogada. ¿Verdaderamente cree que es así?
Eso estamos leyendo todos los días. Hay datos objetivos que dicen que sí, aunque no todo es lo bueno que todos desearíamos que fuese, pero no hay más que ver como se financiaba España hace unos años y como se financia hoy. O como nos financiábamos las empresas, o como no nos financiábamos, hace unos años y hoy. Es evidente que las cifras de empleo no son para tirar cohetes, pero las hemos tenido peores y ya nos gustaría que el PIB creciese un 8%, pero son cifras razonables. ¿Es una recuperación suficiente? Está claro que no. ¿Que marca el camino futuro? Tampoco lo sé, pero desde luego algo mejor estamos.


Vamos a obras concretas. La que más visibilidad les ha dado ha sido la del AVE a La Meca. ¿Ha sido un parto difícil llegar a poner la primera traviesa?
Ha sido un parto difícil desde el comienzo del contrato, que comienza a gestarse en el 2006. Desde que comenzó la ejecución del contrato ha pasado lo que a todas las obras. Hay un chiste que dice que la primera fase de una obra es un gran desconcierto general y esa la hemos tenido que sufrir. Luego, las condiciones de esta obra, en un país desconocido, en unas condiciones ambientales complicadas, con un contrato que va sobre otro contrato que te condiciona la entrada en la obra. Estamos haciendo vencimientos de obra muy superiores a los compromisos contractuales, haremos una obra importante y seremos una referencia en toda la trayectoria de los contratos de una ingeniería española.  


¿Habrá un antes y un después en esa obra?
Yo creo que sí. Es evidente que nos da una visibilidad mundial en la especialidad y después en términos económicos es un contrato muy importante. Las historias de las compañías siempre se hacen a base de hitos y momentos que marcan la trayectoria y esta es una de esas obras.


Esas grandes obras siempre se bautizan como Marca España. ¿Qué es exactamente eso de Marca España?
Creo que es un cúmulo de ideas y sensaciones que todos percibimos. Creo que todos sabemos cuál es el hilo que sostiene las dos palabras y creo que es ese valor que le damos a vender en el extranjero, porque sabemos hacer bien las cosas, en competencia con las grandes empresas mundiales, que sabemos vender y resolver problemas. Vender que lo español se hace bien es un potencial terriblemente bueno, nos ayuda mucho y nos hace mucho bien. Creo que el concepto de las compañías que se tiene en el extranjero es muy bueno, superior incluso al que se tiene aquí. Y no lo digo por nosotros, pero se han hecho muy bien las cosas. 

“México y Brasil, bases para crecer”

¿Por qué Copasa está echando toda la carne en el asador en el mercado hispanoamericano?
El contrato saudí es muy importante y América Latina, especialmente México y Brasil, deben marcar en los próximos años una de las bases para crecer durante los próximos años.
¿Europa ya no está para alegrías?
Hay menos posibilidades porque los mercados están más maduros y hay menos posibilidades de hacer algo importante. Nosotros llevamos años en Bulgaria y Rumanía pero no serán mercados determinantes para nosotros.


¿Es Copasa una historia de talento? ¿Qué factores han sido determinantes para que una compañía que tiene menos de treinta años haya llegado hasta aquí?
Creo que es una historia de esfuerzo, el mayor que hemos podido. No digo que no haya sido también una historia de talento, pero sobre todo de esfuerzo. Un grupo muy estable en el tiempo, muy amplio y eso es determinante. La capacidad de sacrificio es determinante y lo es un modo de hacer las cosas muy bien.


Copasa tiene sus intereses en mercados muy diversos. ¿Significa eso que ha perdido ADN local?
A esa pregunta se le deben dar varias vueltas y a ver si le damos alguna. Es evidente que estamos perdiendo presencia en los mercados nacionales, más de la que deberíamos estar perdiendo y no sé de quién es la responsabilidad, creo que no toda nuestra. Eso no es bueno y no nos satisface y vamos a pelear porque eso no sea así. Tuvimos más presencia otros tiempos en mercados que nos gustaría recuperar. Todo lo que tiene que ver con nuestro compromiso con nuestro país, Galicia y Ourense, eso no está sujeto a discusión. Además, uno es de donde es, no de donde quiere. Creemos en el compromiso de las empresas con el territorio o con la dirección política que en cada momento exista para crear espacios de crecimiento y progreso. Además de asegurar la viabilidad de una compañía el empresario debe comprometerse con todo eso y debe ser parte de su cometido. Hay que ser reivindicativo para conseguir que haya una valoración política, social o pública de estas cosas y todos tenemos que exigirlas y a todos deben de exigírnoslas. Dicho eso, aquí estamos y aquí vamos a seguir estando, satisfechos de la actividad que tenemos aquí y vamos a seguir presumiendo de ingenieros ourensanos por el mundo.


¿No percibe resignación?
Posiblemente haya esa resignación, pero solo se combate generando oportunidades, pero hay que saber que las empresas de aquí tienen que salir fuera. Cuando un ingeniero de Copasa se va a México no se va porque piensa que el futuro está allí, sino porque trabaja en una compañía que sabe que tiene actividad allí y lo necesita, pero piensa en volver. Lo de irse fuera ya hay que entenderlo como parte de la vida. 

“Ya no somos sólo construcción”

 Y la Copasa del futuro, con presencia fuera, ¿será una empresa con actividades más diversificadas?
Copasa ya hace más cosas que su primera actividad, que fue la construcción de infraestructuras. Hemos emprendido una acción decidida para aplicar conocimiento, innovación, tecnología y recursos a la línea verde, desde depuración y tratamiento de aguas hasta la gestión de residuos o los servicios, y también incluiría transporte. Esa es una apuesta estratégica porque necesitamos tener la capacidad de responder a las nuevas demandas de gestión ambiental de los territorios. Estamos también en el sector de la energía aunque nos hemos tenido que achicar por los vientos no favorables de las regularizaciones del sector, pero nos ha dado potencial para hacer cosas en el extranjero. Ya no somos solo construcción.
¿Estará su empresa mucho más volcada entonces en el sector energético?
El sector de la energía es uno de los elementos más irregulares que hay en el mundo y esas desigualdades significan que hay mucho por hacer y que resolver. Creemos que hay un potencial en el mundo muy importante, aunque muy cambiante porque en la tecnología aplicada a este sector lo que es hoy blanco mañana es gris, pero sin duda hay potencial de crecimiento al que estamos muy atentos.


Ya, pero ¿con qué objetivos?
En alguno de los países en los que estamos con otras actividades estamos intentando hacer cosas, aunque con una fase muy previa, de momento poco importante, pero con presencia.


¿Habrá fusiones en el sector de la construcción?
No lo sé. Creo que la alegría de las fusiones es de otro tiempo y ahora en este sector nadie por crecer se fusiona. Puede ser que las haya para buscar la estabilidad, pero tampoco es algo sobre lo que yo tenga una opinión muy fundada.


¿Están atentos a esos movimientos?
No, no lo veo en el horizonte.


O sea, Copasa no va de compras.
No, yo creo que no.


¿Y alguien ha llamado a la puerta de Copasa para comprarla?
Muchas veces, nunca en los últimos años porque esto ha cambiado mucho. 

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