motociclismo

Rossi es mucho Valentino

Valentino Rossi celebra su victoria en el Gran Premio de Argentina.
photo_camera Valentino Rossi celebra su victoria en el Gran Premio de Argentina.

El italiano protagonizó en Argentina, a los 36 años, una de sus mejores carreras de siempre

Las palabras de Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) tras sufrir una caída en la penúltima vuelta del Gran Premio de Argentina de MotoGP en el circuito de Termas de Río Hondo no pueden resultar más esclarecedoras: "Valentino Rossi es mucho Valentino".
Para disgusto de los seguidores de Marc Márquez, su rival protagonizó el pasado domingo en Termas de Río Hondo una de las mejores carreras de su trayectoria deportiva, con la particularidad de que lo hizo con 36 años a sus espaldas y nueve títulos mundiales que le permitirían ser mucho menos ambicioso de lo que en realidad es el piloto italiano.
Rossi ha dejado claro que él es la mejor opción para pelear por el título de Marc Márquez durante 2015, pues en Argentina sumó la segunda victoria de tres posibles en lo que va de temporada y lo hizo después de dejar un montón de apuntes positivos por el camino, el último de ellos el mano a mano que le ganó a las primeras de cambio al actual campeón del mundo y ferviente seguidor suyo en la no tan lejana infancia del campeón del equipo Repsol Honda.
El piloto italiano de Yamaha fue el único que supo hacer funcionar el compuesto extra duro, algo que reconoció el propio Marc Márquez y que refleja la clasificación final, ya que sólo los pilotos de Yamaha y el británico Scott Redding optaron por esa opción y quien más se acercó a las posiciones de podio fue Jorge Lorenzo desde el quinto lugar.
Primer acierto. El segundo llegó poco después de la salida, cuando su amigo, el también italiano Andrea Iannone (Ducati Desmosedici), le sacó de la trazada buena y le hizo perder varias posiciones.
La siguiente lección de Valentino Rossi continuó cuando supo llegar, sin demasiados problemas, al grupo que perseguía a Marc Márquez, por entonces ya destacado en cabeza, para uno por uno irlos superando hasta colocarse segundo. No fue un esfuerzo baladí, ya que en la relación de derrocados estaban todo un Jorge Lorenzo, Aleix Espargaró (Suzuki GSX-RR), el británico Cal Crutchlow (Honda RC 213 V) o los italianos Andrea Iannone y Andrea Dovizioso, ambos sobre sendas Ducati Desmosedici oficiales.
Lejos de amilanarse o mostrar síntomas de fatiga en ese momento, Valentino Rossi valoró la distancia que le alejaba de Márquez y afrontó el reto de darle caza, sabedor de que mientras la moto de su rival iría cada vez a menos, la suya iría a más. Y no se equivocó.
Llegó hasta él y tampoco dudó demasiado en entrar en el cuerpo a cuerpo como el gran campeón que es. La batalla estaba servida y era obvio que ninguno de los dos iba a dar su brazo a torcer, por lo que el espectáculo estaba garantizado.
Rossi adelantó a Márquez, éste se lo devolvió a aquél y el italiano volvió a hacer lo propio. Un primer toque entre ambos se quedó en eso pero en el siguiente fue el español quien se llevó la peor parte y se fue al suelo. Lección aprendida, dijo después Marc Márquez. Dentro de quince días, la guerra continúa en Jerez. n

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