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Mecánico y trotamundos

Genaro Prego, mecánico ponteareano del Caja Rural-Seguros RGA.
photo_camera Genaro Prego, mecánico ponteareano del Caja Rural-Seguros RGA.

El ponteareano Genaro Prego es uno de los pocos gallegos metidos en el pelotón de La Vuelta

Genaro Prego llevaba camino de ser un ciclista profesional. Su aventura subido a la bicicleta duró dos años. Sin embargo, al lado de ellas acumula una veintena. "Tenía una lesión muscular que me impedía estar a un nivel alto. Puedo andar a un ritmo bajo, pero como profesional no. Dejé la bicicleta sin llegar a saber qué era lo que me pasaba. Estuve diez años en Kelme de auxiliar, después entré en el Xacobeo y, al terminar, pasé al Caja Rural en 2012. Son unos cuantos años. Al estar dentro es más fácil encontrar hueco, pero la cosa está complicada porque en España hay dos equipos y hubo años en los que había hasta diez". 
Eso sí, Prego reconoce que "al principio no tenía mucha idea de mecánico, pero a medida que me fui metiendo, aprendí. Fue un cursillo acelerado. Hoy en día, no tengo ningún problema". De esta forma, pasa toda una vida en las carreteras europeas y, si es preciso, también en otras latitudes. "Al año paso unos 200 días fuera de casa. Tiene que gustarte porque vas carrera a carrera. Lo que pasa es que no tienes mucho tiempo para visitar los lugares en los que estás. Pasé por todos países de Europa continental y este año fui a Turquía. Intentas ver algo, pero realmente tenemos poco tiempo", explica Prego y añade que "cuando tengo tiempo a ver algo es en coche. Al hacer las etapas con los ciclistas, voy viendo todo el recorrido. De hecho, en Europa siempre vamos con autobuses y camiones". 
Tras una veintena de años en la carretera, el mecánico vivió más de una aventura y reconoce que "sobre todo al principio, en algún viaje te perdías y terminabas en el medio del monte sin saber el idioma. Y, claro, ¿cómo preguntabas? O tenías una avería... Ahora me defiendo más". 
También son muchos los ciclistas que vio pasar por los distintos equipos en los que estuvo. Generalmente, los corredores facilitan el trabajo aunque "una de las cosas más raras fue un corredor que cayó, le llevaba la bici de repuesto porque rompió la suya y no quería subirse. Sin su bicicleta, no seguía. Ese sí que era maniático para las medidas". 
En la Vuelta a España realiza una jornada completa y en una etapa como la de ayer, con final en Lugo, "nos toca trabajar hasta más de las diez porque hubo caídas y hay muchas cosas que reparar. Se extiende un poco más", indica Prego y añade que, a los 47 años, "pienso seguir mientras pueda. Es un mundo que me gusta y, por el momento, no estoy cansado. Hay gente que no está acostumbrada a tanto viaje y le cuesta más". 
Las manos de Prego son las que cuidan las bicicletas para que el deportista saque lo mejor de sí. "Apenas hay diferencias entre una marca y otra", reconoce. Más cambios se producen en el material porque "todos los años llega algo nuevo".n

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