Isaac Vicente finalizó en la segunda plaza con "mucho dolor" por "una rotura de fibras"
El lanzamiento de martillo es una prueba que combina velocidad, fuerza y explosividad. Precisamente, una mala combinación para tratar de disputarla con una lesión en un brazo. Sin embargo, así la realizó el pasado domingo en el Campeonato de España de atletismo Isaac Vicente Landín y, los más soprendente, es que envió el artefacto a 70,07 metros, sólo 70 centímetros por debajo de su plusmarca personal.
"El día anterior hice un pequeño esfuerzo, me pegó un pinchazo en el bíceps y tuve una rotura de fibras. Me molestaba, pero pensé que al lanzar con los brazos estirados no me iba a doler. Al calentar ya tenía un dolor horrible. Incluso estaba medio mareado. Tuve que vendarlo bien y ahora tengo el brazo que apenas lo puedo mover y lleno de moratones", explica el atleta que, por otra parte, llegó en un estado de forma óptimo a esta prueba y, también, favorecido por un pequeño cambio en la técnica de lanzamiento que puede darle alegrías en los próximos años. Isaac Vicente indica que "este verano no me encontraba bien. Vi un par de vídeos y no me gustó cómo lo hacía e intento salir mucho más bajo, con más apoyos, llegar más flexionado al tercer y cuarto giro y consigo acelerar más la bola. Es una pena no poder competir más porque cada vez me veo mejor y, posiblemente, uno o dos metros más podría haber lanzado".
De hecho, la modificación la realizó a comienzos del mes de julio, poco antes de las principales citas del curso en una decisión arriesgada, pero que le sirvió para batir su marca personal y finalizar segundo en el Campeonato de España.
Sobre este logro, indica que "por un lado bien, pero por otro mal. Si Cienfugos lograse ganar con más marca, pues estaría contento, pero al tener ahí la victoria y la beca nacional, porque si ganas tienes acceso a ella, pues te quedas algo fastidiado en ese sentido. Hubiera venido bien", indica un atleta que vivió muchos cambios en los últimos meses.
Isaac Vicente dejó el gimnasio de las pistas de Balaídos para entrenar con el club de halterofilia de la ciudad y, además, comenzó a estudiar por lo que "tengo menos tiempo para entrenar y también menos descanso, pero las cosas están saliendo bien. Balaídos no era un buen sitio para entrenar y ahora hago pesas con gente profesional en este campo".
