Mundial Rusia

La Bélgica que el mundo soñó

De Bruyne, el canalizador del juego belga, y Lukaku, su finalizador, se saludan tras uno de los dos tantos que convirtió ayer el ariete del United.
photo_camera De Bruyne, el canalizador del juego belga, y Lukaku, su finalizador, se saludan tras uno de los dos tantos que convirtió ayer el ariete del United.

La selección de Roberto Martínez aplastó a Túnez con dobletes de Hazard y Lukaku y ya está en octavos

Durante la última década, el mundo del fútbol ha fijado sus ojos en Bélgica a cada gran cita de selecciones. Un crisol de grandes jugadores, en constante evolución, con diferentes características y un fulgor particular en sus clubes. "Ojo con Bélgica" se convirtió en una frase recurrente antes de cada Eurocopa o Mundial. Pero tener grandes jugadores no es lo mismo que tener un gran equipo y cita a cita, los belgas han dejado aroma a decepción. 
No ha sido hasta este Mundial, cuando los focos han dejado de apuntarles, hastíados de tanta decepción, que los 'Diablos Rojos' han roto a jugar de la mano del técnico catalán Roberto Martínez. Dos goleadas, contra Panamá en el primer partido (0-3), y ayer ante Túnez (5-2), les han sacado el billete para octavos y han dejado la sensación de equipo de ritmo endiablado y una pegada descomunal. Todo ello orquestado por un Kevin De Bruyne que ha pasado de ser un jugador de transiciones, a explotar como centrocampista total en sus dos años con Guardiola. Al son del futbolista del City, Bélgica ya ganaba 2-0 al cuarto de hora, con un tanto de Hazard de penalti y otro de Lukaku, pichichi del torneo junto a Cristiano Ronaldo.
La respuesta tunecina fue encomiable. Guiada por el atacante del Rennes Kazhri, Túnez respondió con un gol de Dylan Bronn, al cabecear una falta y llegó a dominar durante casi veinte minutos, pero no tuvo suerte. Golpeada su zaga por las lesiones, Túnez encajó un nuevo gol deLukaku antes del descanso y, a ls vuelta de los vestuarios, repitió Hazard. 
Con el encuentro resuelto, Roberto Martínez sustituyó a ambos goleadores para darles descanso y enchufar a Fellaini y a Batshuayi, que volvió a demostrar su capacidad para ver portería entrando desde el banquillo. El delantero del Dortmund le dio una marcha más al partido y su conexión con De Bruyne, el amigo de todos en la selección belga, generó tres ocasiones claras antes de anotar el quinto tanto casi sobre la bocina. En la primera, se topó con un zaguero; en la segunda. con el meta Mustapha;y en la tercera, con el larguero. Khazir recortó en el descuento, pero el pase a octavos ya estaba en el bolsillo belga.

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