El ferrolano acabó undécimo una prueba en la que Lange batió el récord y Raña fue 25º
El mítico Ironman de Kona, en Hawai, humanizó al ferrolano Javier Gómez Noya, que pese a debutar en la prueba de triatlón más exigente del mundo partía entre los favoritos y finalmente acabó en la undécima plaza con un tiempo de 8 horas, 11 minutos y 41 segundos. La victoria fue para el alemán Patrick Lange, que además de reeditar el título hizo historia al bajar por primera vez de las ocho horas y establecer la nueva marca en 7 horas, 52 minutos y 39 segundos. Ése fue el tiempo que invirtió en completar un recorrido de 3,86 kilómetros de natación, 180 kilómetros de bicicleta y 42,2 kilómetros de carrera pie, un trazado que el también gallego Iván Raña hizo en 8h27:52 para acabar en la vigésimo quinta posición.
En una jornada ideal para la competición, con menos calor que en anteriores ediciones, Gómez Noya empezó la carrera según lo previsto y salió quinto del segmento de natación, pero en la bicicleta se empezaron a torcer las cosas para el ferrolano.
Noya hizo un esfuerzo extra para mantenerse en el grupo de cabeza y aun así cedió 45 segundos en los últimos 20 kilómetros, a los que añadió otros 30 segundos en la transición. El gallego remontó en el maratón hasta la sexta posición, corriendo al ritmo del líder, el alemán Patrick Lange, hasta el primer tercio de la prueba, donde ya empezó a mostrar síntomas de flaqueza.
Finalmente, no pudo pasar de la undécima plaza y al término de la carrera reconoció que "fui más fuerte de lo que debería en bici por aguantar en el grupo que lucharía por la victoria y luego lo pagué corriendo. Y aquí, cuando lo pagas, lo pagas mucho más que en otras carreras". Aun así, el quíntuple campeón del mundo de triatlón destacó que "al menos he aprendido cosas y seguiré trabajando duro para hacerlo mejor la próxima vez".
Gómez Noya felicitó a un Patrick Lange que se convirtió en el gran protagonista de la jornada. El alemán se proclamó campeón del mundo, por segundo año consecutivo, con un tiempo de 7h 52:39, crono que supone un nuevo récord pues nadie había bajado hasta ese momento de las ocho horas.
El de Bad Wildungen (Hesse, Alemania) entró en el maratón con más de seis minutos de desventaja respecto al primer clasificado tras terminar la especialidad de ciclismo, el australiano Cameron Wurf.
Pero aprovechó su mejor ritmo en la carrera a pie para remontar posiciones e imponerse en la línea de meta con un tiempo espectacular. Sus compañeros en el podio de Kona fueron el belga Bart Aernouts (7h 56:41) y el británico David McNamee (8h 01:09). n
