El Granada destituyó ayer a Paco Jémez como entrenador del primer equipo rojiblanco por culpa de los malos resultados, después de que los granadinistas sólo hayan sumado dos puntos en las seis primeras jornadas de Liga.
Jémez, que firmó el pasado verano un contrato con el Granada por tres temporadas, dirigió su último entrenamiento como preparador del Granada, pese a conocer ya su despido, y posteriormente se despidió en rueda de prensa. "No quiero echar balones fuera ni culpar a nadie, no he sabido aprovechar la oportunidad y me responsabilizo de todo lo que ha pasado", apuntó el técnico, quien añadió que "no quiero eximirme de ni un solo gramo de responsabilidad, la asumo y pago por ello".
Además, reconoció que ha cometido "muchos errores" y que "no habría tiempo para enumerar" todas las cosas en las que ha errado.
"He recibido mucho cariño y afecto, y tengo rabia por dentro por no llevar esto a donde podría llevarse. Me quedo con resquemor por dentro de no estar a la altura de este club, de esta ciudad y de esta afición", aseveró el preparador cordobés.
Sin embargo, el técnico apuntó que tenía "sintonía y apoyo por parte de los jugadores" y que, "con tiempo y continuidad, el equipo hubiera cogido la idea y los resultados hubiesen sido distintos".
Paco Jémez dio las gracias a todos los que le han permitido tener en Granada "una estancia cómoda y llevadera", a pesar de que "era un proyecto para estar mucho tiempo y ha durado menos de lo que todos habíamos imaginado".
"Siento que no haya podido salir mejor. Los resultados no han sido los que esperábamos", sentenció. n
