El británico ganó su primer Giro, que se suma a la Vuelta del año pasado y a sus cuatro Tours
El británico Chris Froome (Sky) conquistó ayer el primer Giro de Italia de su carrera, al defender su ventaja de 46 segundos sobre el holandés Tom Dumoulin (Sunweb) en la última etapa, una prueba en línea de 115 kilómetros en el centro de Roma. Fue la culminación de una competición anómala para el corredor nacido en Kenia, acostumbrado a marcar la pauta desde la primera etapa de montaña de las grandes vueltas amparado en el poderío de su equipo. En esta ocasión fue todo lo contrario. Antes de desplomarse en la tercera semana, Simon Yates dominó con claridad las dos primeras, en las que el líder del Sky no respondió, con una única excepción: la etapa del Zoncolan.
Pero la exhibición histórica del pasado viernes, en la que Froome atacó a 80 kilómetros de meta tras una exigente selección de su equipo subiendo el Finestre puso patas arriba la carrera. En un mano a mano con el grupo de favoritos, ganó la etapa y les metió más de tres minutos de ventaja en un golpe de mano con el que le dio la vuelta a la tortilla para acariciar su primer triunfo en la ronda italiana.
Bennet bate a Viviani
Froome obtuvo la confirmación matemática de su triunfo a falta de más de 55 kilómetros para el final, ya que la prueba de este domingo tuvo una neutralización de siete de las once vueltas al circuito inicialmente previstas, a petición de los corredores. El grupo consideraba demasiado peligrosas las condiciones de las céntricas carreteras de la capital italiana, por lo que la dirección de la carrera cerró oficialmente el cronómetro de la general tras las primeras tres vueltas. Con Froome ya virtualmente campeón, se abrió una intensa pelea para hacerse con la victoria de etapa, en la que se impuso al sprint el irlandés Sam Bennett, que por primera vez pudo batir al rey de la 'volatta' de esta edición de la 'corsa rosa', el velocista italiano del Quick-Step Elia Viviani. n
