La jugadora viguesa de adopción Tamara Abalde (Ferrol, 1989) volvió ayer a ser incluida en una convocatoria de la selección española después de seis años. Lo hace en la prelista del Mundial 2018, que se celebra en Tenerife en septiembre. La alero, fichada esta temporada por el Valencia –donde también juega su hermano Alberto Abalde–, regresa al combinado nacional avalada por una gran temporada en Zaragoza.
No estaba en las listas de la selección desde el Preeuropeo de 2012. ¿Qué se siente al regresar a una seis años después?
Estoy súper contenta. Es cierto que estuve en 2012, pero solo fue en una concentración. La anterior había sido en el Europeo de 2009. Así que sí, hacía muchos años. He tenido una temporada muy buena, con muy buenas sensaciones y en lo colectivo también, hemos estado por encima de lo esperado. Estar en la lista es un premio a todo lo que hemos hecho esta temporada.
De las 16 convocadas en esta lista, serán 12 las jugadoras que finalmente disputen el Mundial en Tenerife. ¿Se siente confiada para ser una de ellas?
Todavía es muy pronto porque aún no ha llegado ni esta concentración, pero estoy con mucha confianza. Me llega en un momento que ya tengo una madurez y mucha experiencia. El objetivo es ese y lo afronto con máxima ilusión. De todas formas, iré a disfrutar de esto y lo que venga a mayores, bienvenido sea.
Además, el Mundial es la única competición de las grandes en la que no ha estado con el combinado español, porque participó en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y en el Europeo de 2009.
Sí, participar en unos Juegos Olímpicos era una ilusión y un sueño que tenía desde pequeñita cuando lo veía desde casa por la tele. Pero en un Mundial nunca he estado, por eso la motivación no puede ser mayor.
El Campeonato del Mundo se celebra en Tenerife del 22 al 30 de septiembre. Si va, será su primer Mundial. ¿No hubiese preferido que la sede hubiese sido fuera de España?
No te creas. Es muy bonito que sea aquí en España. Aunque nunca en un Mundial, sí participé en un Europeo sub-18 también en Tenerife. Y además lo ganamos. Allí hay un gran ambiente y pienso que la gente se va a volcar con el Campeonato del Mundo.
También ha sido una jugadora que entraba regularmente en las convocatorias de las categorías inferiores de la selección. Experiencia como internacional no le falta. ¿Es importante?
Se suele decir que la experiencia es un grado y creo que yo lo estoy viviendo en mis propias carnes. A un jugador y también a una persona, las vivencias que le van ocurriendo lo forman. Ahora tengo mucha más madurez que antes, gracias a esas experiencias que me han ocurrido y que me han ayudado.
En esta convocatoria en Palma de Mallorca jugarán dos partidos frente a Japón los días 5 y 6 de julio. Las asiáticas, además, están encuadradas en el mismo grupo del Mundial que ustedes. Habrá que tomarles la medida...
La concentración en general es un poco una toma de contacto. Se podría decir que es una prueba para ir viendo cositas. Además creo que jugar contra Japón es una buena preparación para antes de que comience el Mundial.
La noticia de su convocatoria ha llegado un par de días después de que se anunciase que su hermano estará con la selección masculina en los dos partidos de la fase de clasificación para el Mundial de 2019. ¿Qué supone esto para ustedes?
A mí me hace muchísima ilusión que los dos estemos juntos en la selección. Aunque, si te digo la verdad, casi me alegro más por los éxitos que tiene mi hermano pequeño que por los que tengo yo. Para mí los triunfos de Alberto son un gran orgullo. Y además es algo muy especial para toda la familia. Estamos muy contentos.
Viniendo de una familia con tradición en el mundo del baloncesto (su padre fue jugador profesional con el Santa Clara Vigo, Obradoiro Santiago y en el OAR Ferrol). ¿Se asume con mayor normalidad que estén juntos en la élite del deporte?
Te puedo decir que nuestra familia no puede estar más orgullosa y ya no te digo mi padre y mi madre. Este lunes se presentan la dos selecciones, la masculina y la femenina en Madrid, y estaremos juntos. Y, además, también lo haremos el año que viene los dos en el Valencia. Es un sueño.
