Xabier García, ahora en Chapela, camina hacia los treinta años dentro de una trainera
Cincuenta años, con la ilusión de los más jóvenes y, probablemente, con el compromiso que falta a muchos. Javier García ‑Xabier por culpa de Miguel Induráin‑ volvió hace dos años a la trainera de Chapela tras tres años de parón y en una vida ligada al mundo del remo en banco fijo. "Es una droga, como ya le expliqué a un reportero de la TVG cuando íbamos a la Concha allá por los noventa". La próxima temporada continuará subido a una embarcación y retomará la tarea de entrenador. Para su sorpresa, "me lo dijeron en los últimos días. Ya contaba con seguir en Chapela, a pesar del descenso, y me ofrecieron llevar al equipo. Así que seguiré remando seguro porque es una necesidad".
Será una nueva aventura en un club histórico del remo gallego que cierra el presente verano en la última posición de la Liga Galega de Traiñeiras A. Lo que no se sabe es si será el último capítulo o uno intermedio de Xabier en el remo porque ya intentó un final y, como buen adicto al deporte, recayó en el vicio. "Creí que ya había llegado el momento de dejarlo después de veintiséis años y me pasé al tria-tlón. Durante tres años le pegué fuerte, conseguí resultados, pero después me tenía que operar de un oído y me llamaron de Chapela... Venga, un año, acabó la temporada y ahora otro", expresa.
Puede considerarse una carambola del destino o también una señal porque "en casi treinta años que llevo de remo nunca tuve una lesión en la espalda y la tuve en bicicleta. Me tiraron y me tuvieron que operar de una hernia, ya es casualidad", admite.
De los inicios en el remo en banco fijo a la actualidad, la situación deportiva de los distintos clubs cambió mucho y, probablemente, no para mejor. "El año pasado volví y me sorprendió porque tuve llamadas de los mejores equipos. Ni yo lo creía, que me siguieran llamando, pero ya dije que si seguía lo haría en Chapela. El nivel de exigencia ahora no es el mismo y también encontré una situación complicada en el club. Esta temporada sí que empezó buen equipo pero la gente lo fue dejando y tuvimos que tirar de juveniles para completar la trainera. Descendimos, pero creo que lo hicimos con la cabeza bien alta".
En toco caso, el veterano remero reconoce que "la preparación no es igual. Por suerte, ahora casi todos los preparadores físicos tienen INEF, pero también te encuentras otro compromiso. El 30% de una plantilla está implicada, pero el resto te dicen: yo llegó hasta aquí y si no quieres, me voy. Si sólo tienes quince remeros, estás colgado como entrenador y las sesiones de preparación son a la carta".
Otra circunstancia que tampoco gusta a Xabier García es que "si aparece una normativa en la que prohibiesen remar a los mayores de cuarenta, la mitad de las traineras quedarían en tierra. Barcos con chavales hay tres o cuatro, el resto vive de remeros veteranos, que ayudan en lo que pueden".
Tras una larga trayectoria como remero y entrenador, Xabier García conoció todas las versiones del remo. Estuvo en la Concha con Tirán, en los buenos tiempos, y también como responsable de entidades pequeñas como San Simón, de Cesantes –ya desaparecido–. "Cuando fuimos los primeros en ir a la Concha a intentar ganar vivíamos por y para el remo. Yo le dije a un reportero de la TVG que era como una droga y entrenábamos una barbaridad sin cobrar un duro". Implicaba mucho desgaste personal, pero también recompensa porque "veías los muelles y estaban llenos, no se veía la escollera y ahora no es así. La gente va a una regata de la ACT y poco más".
A los cincuenta, toda una vida de deporte y remo hasta el punto de que "cuando más cansado estoy es cuando no entreno. Será la costumbre".n
