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El Atlético no carbura

El delantero del Atlético Antoine Griezmann se dispone a golpear el balón durante el partido de ayer ante el modesto Qarabag.
photo_camera El delantero del Atlético Antoine Griezmann se dispone a golpear el balón durante el partido de ayer ante el modesto Qarabag.

El próximo rival del Celta empata contra el Qarabag y complica su camino hacia octavos

Un decepcionante empate sin goles con el Qarabag disparó ayer las dudas del Atlético de Madrid en la Liga de Campeones, incapaz de doblegar a un rival menor en Europa, con sólo dos puntos en tres jornadas y con la clasificación para los octavos de final más que comprometida.
Todo dentro de su frustrante partido en Bakú, encuentro horrible en líneas generales, muy por debajo del nivel que tiene el próximo rival del Celta, incluso contra diez desde el minuto 74, cuando el árbitro expulsó a Ndlovu.
El Atlético funcionó al ralentí ante el Qarabag, un equipo que está en la Champions pero del que aún le separa una distancia abismal del nivel del torneo. Al equipo rojiblanco se le presupone. Lo tiene. No hay dudas en ese sentido, aunque por momentos una combinación de mas de tres toques parezca una quimera, como ocurrió en el comienzo del choque, sin agobio para su adversario.
Hasta el minuto 25, ni una ocasión. Al descanso, empate a cero, explicado, en cualquier caso, por la falta de remate del Atlético desde entonces, porque, dentro de esa versión gris, tuvo opciones suficientes para haber terminado el primer tiempo en ventaja; en unas le faltó pegada, en otras le sobró el portero Sehic, que le ganó sendos duelos a Griezmann y Carrasco.
No hubo ni una sola intervención en la otra portería de Oblak, un espectador más en el control visitante del primer acto. Pero la victoria, importante para su futuro en el Grupo C, exigía mucho más, varias marchas más, más velocidad, más precisión y más desparpajo en los últimos metros.
Con el estrés en crecimiento a medida que avanzó el tiempo, el Atlético mantuvo a ratos la insistencia, pero para entonces el duelo ya era mucho más equilibrado. Su rival aparecía en el otro área y ya se había cerrado mucho más, compactado en dos líneas, una poblada con seis defensores sobre la raya del área y otra de cuatro un par de metros más adelante.
Un jeroglífico para el conjunto rojiblanco, con el volumen de posesión repartido con su contrincante a la hora de encuentro, sin una sola oportunidad de nuevo en el comienzo de la segunda parte, y con el primer disparo de su rival, centrado a las manos de Oblak.
Decepcionante Gaitán, reemplazado en el minuto 64 por Thomas, cuando el Atlético ya apuntaba a zozobra con varios acercamientos locales; desasistidos Gameiro –sustituido por Torres– y Griezmann, sin desbordes de Carrasco –cambiado por Correa–, blandos en defensa, desastroso Vrsaljko, vulnerable Godín... Todo pintaba a empate.
Y gracias para el conjunto rojiblanco, afortunado cuando el árbitro francés Ruddy Buquet no entendió como penalti una acción que sí lo fue, con una entrada de Godín sobre Ndlovu que además supuso la segunda tarjeta amarilla del delantero y su expulsión. Ni siquiera ante diez ganó el Atlético, que reclamó un posible penalti a Torres al final y mucho más lejos de los octavos de final de la Liga de Campeones.

Qarabag: 
Sehic; Medvedev, Huseynov, Sadygov, Agolli; Henrique (Guerrier, m. 69), Almeida, Gara Garayev, Madatov; Míchel (Elyounoussi, m. 85); y Ndlovu.
Atlético de Madrid: 
Oblak; Vrsaljko, Giménez, Godín, Filipe; Gaitán (Thomas, m. 64), Gabi, Saúl, Carrasco (Correa, m. 72); Griezmann y Gameiro (Torres, m. 72).
Árbitro: 
Ruddy Buquet (Francia). Expulsó por doble amarilla a Ndlovu, del Qarabag (m. 74). Amonestó al local Míchel (m. 53).
Incidencias: 
Partido correspondiente a la tercera jornada del Grupo C de la Liga de Campeones disputado en el estadio Olímpico de Bakú ante unos 40.000 espectadores.

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