Mike Tyson, excampeón mundial de los pesos pesados, tan extraordinario boxeador como problemático individuo, fue retenido y expulsado de Chile, por sus antecedentes penales.
¿Y quién salió en defensa de este fan confeso de Donald Trump? Nada menos que Diego Armando Maradona, íntimo del fallecido dictador Fidel Castro, la antítesis del presidente y el país estadounidense.
"¡Qué vergüenza no dejar la entrada a mi amigo por problemas que podríamos tener todos!", escribió el Pelusa en las redes sociales. Después culpó al vecino país de la pérdida de las Malvinas. Alarde de geoestrategia y diplomacia.
Tyson y Maradona, condenados a entenderse.