Mundial Rusia 2018

Cuando Rakitic se midió a Croacia

El barcelonista Ivan Rakitic, durante el entrenamiento de ayer.
photo_camera El barcelonista Ivan Rakitic, durante el entrenamiento de ayer.

"Fue el partido más difícil de mi vida".

Aunque parezca mentira, hubo un día en el que Ivan Rakitic, uno de los pilares de Croacia, se enfrentó a su selección y a alguno de sus actuales compañeros, como Dejan Lovren. Ocurrió en 2005, durante el Europeo sub-17. El ahora barcelonista jugó con Suiza. La historia parece extraña, pero es sencilla. El centrocampista balcánico no nació en Croacia, vino al mundo el 10 de marzo de 1988 en la localidad helvética de Möhlin, que actualmente cuenta con casi 10.000 habitantes.
Su padre, Luka Rakitic, emigró allí antes del inicio de la Guerra de los Balcanes. Es originario de Sikirevci, un pequeño pueblo croata fronterizo con Bosnia-Herzegovina, donde creció su mujer, Kata Rakitic. Ambos abandonaron Yugoslavia ante la creciente tensión de la zona y eligieron Suiza, país en el que nació su hijo.
Desde muy pequeño Rakitic se interesó por el fútbol. Era un chaval pegado a un balón y en Suiza dio sus primeras patadas. Pronto, captó la atención del Basilea, que le incorporó a sus categorías inferiores, donde también se formaron buenos jugadores como Granit Xhaka, de origen kosovar, o Breel Embolo, nacido en Camerún.
Ambos se decantaron por jugar con la selección de Suiza, algo que, en un principio, también hizo Rakitic. El jugador croata participó con los juveniles del país helvético y un día tuvo que enfrentarse al país en el que nació su padre, deseoso de que su hijo jugara con Croacia y no con Suiza. El 8 de mayo de 2005 pasó algo inevitable que Rakitic no deseaba: jugar con Suiza ante Croacia. La Eurocopa sub-17 de Italia tuvo la culpa y ambas selecciones se vieron las caras en el tercer partido de la fase de grupos. El equipo de Rakitic, en el que el portero era Yann Sommer, meta titular helvético en este Mundial, se llevó una derrota abultada. Perdió 2-5 y entre los goleadores croatas estuvo Nikola Kalinic, que abandonó la concentración balcánica en Rusia tras el primer partido.
La historia de Rakitic con Suiza no duraría mucho más. Un día tuvo que decidir, y eligió a Croacia. Parecía lógico, ya que, desde que su padre le regaló cuando era pequeño una camiseta de Croacia, dormía con ella puesta y ni se la quitaba para ir al colegio. Ahora jugará una final de un Mundial. Su corazón pudo a su cabeza.

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