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El comienzo arrollador del Real Madrid en la Euroliga de baloncesto

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El Real Madrid no habría podido comenzar mejor la Euroliga de baloncesto.

 Su última víctima ha sido el Maccabi de Tel Aviv en cancha ajena, y es que en un momento del partido el equipo blanco llegó a ganar por una diferencia de treinta puntos, destrozando en el segundo cuarto la resistencia de un conjunto que forma parte de los 8 grandes clubs de Europa y que fue campeón de la competición por última vez en 2014.

Ayón estuvo descomunal. Su entrada logró dinamizar el ataque y asentar la defensa, provocando tal oleaje que inundó la estructura local. Por otro lado, Carroll también hizo de las suyas, ya que en tan solo cinco minutos consiguió anotar catorce puntos consecutivos.

El Maccabi, un equipo que llegó a ser la envidia en el baloncesto europeo 

No hace mucho tiempo, el conjunto de Tel Aviv era un equipo admirado por los equipos europeos, y es que jugaba y ganaba que daba alegría verlo, haciendo de cada partido un espectáculo. De hecho, muchos aficionados a este deporte confiaban sin dudar en el Maccabi a la hora de realizar pronósticos baloncesto sin importar a qué otro equipo se enfrentase.

Este campeón deslumbrante consiguió dos Euroligas consecutivas en el año 2004 y 2005 cuando se encontraban a los mandos Vujcic, Anthony Parker y Jasikevicius. Sin embargo, de esos días de gloria tan solo quedan los trofeos en las vitrinas, así como el ánimo de sus aficionados que siempre están ahí, a pesar de que en algunas ocasiones su equipo les provoque aflicción.

Ese equipo de Tel Aviv tan majestuoso de hace unos años es hoy el conjunto blanco, y puede incluso que el actual Maccabi sea a ratos el antiguo Real Madrid. El equipo madrileño abandonó el barrio de Yad Eliyahu inmerso en una ola de aplausos. Cabe mencionar que la rivalidad entre ambos equipos es histórica, ya que se trata del enfrentamiento más repetido entre la nueva Euroliga y la vieja Copa de Europa.

El Real Madrid ya daba buenas sensaciones desde el comienzo del partido

Hay ciertas ocasiones en las que el marcador no refleja realmente lo que está sucediendo en la cancha. En el primer tiempo era el Maccabi el que mandaba, pero aunque el marcador estuviera a favor de los jugadores de Tel Aviv, lo cierto es que las sensaciones eran diferentes.

Laso tenía un buen plan, un plan que parecía que iba a funcionar, y de hecho así lo hizo. No importaba si Causeaur y Taylor fallaban triples, tampoco si los jugadores perdían el balón, ni siquiera el buen arranque de O’Bryant ante Tavares, ya que el conjunto blanco se mostraba sólido y seguro.

La entrada de Ayón abrió la caja de los truenos que destruyó al contrincante. El jugador dinamizó el ataque y asentó la defensa, mostrando una visión de juego increíble que logró anegar la estructura local. Por su parte, Carroll anotó catorce puntos consecutivos.

Tras la reanudación el show continuaba: los triples no paraban de sucederse, Llull estaba como punta de lanza, Randolph también mostraba su mejor versión y Tavares era infranqueable. Todo esto le sirvió al conjunto blanco para conseguir la victoria más abultada en la historia de este clásico del baloncesto.

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