nuevas normas

¿Un cambio a mejor?

La Macedonia de Lazarov usa por norma el ataque con siete.
photo_camera La Macedonia de Lazarov usa por norma el ataque con siete.

El ataque de siete contra seis, con defensores y detractores, se generaliza poco a poco

La Federación Internacional de Balonmano (IHF) puso en funcionamiento el pasado año cinco nuevas normas con el fin de solventar algunos problemas y dar más continuidad al juego. Entre ellas, para evitar el penoso panorama de las camisetas rotas o los petos cuando el portero dejaba su sitio a un jugador de campo, abrió la puerta a la presencia de siete de estos últimos a la vez sobre la pista. Y, poco a poco, se ha ido abriendo la caja de los truenos hasta estallar de forma definitiva en el actual Mundial de Francia, donde el uso de este recurso para atacar en superioridad se ha generalizado.
Es obvio que la proliferación de los ataques con un jugador más cambia el balonmano. Hasta qué punto, habrá que verlo cuando los entrenadores estudien y los equipos trabajen todas las posibilidades que se generan, tanto en ataque como en defensa. Por el momento, hay férreos detractores y animosos defensores. Y en cada una de estas dos orillas se posicionan los dos actuales seleccionadores gallegos y técnicos en la élite en la actualidad: Víctor García 'Pillo', que dirige al Frigoríficos del Morrazo, y Abel Estévez, que hace lo propio con el Godoy Maceira Porriño.
"No me gusta, desvirtúa el juego. Se juega a otra cosa", sentencia con claridad Pillo. "A mí me gusta. Cambia el balonmano y abre nuevas posibilidades", contempla Estévez. Aunque, obviamente, los dos con sus matices y los dos con sus razones.
Para el técnico pontevedrés del Cangas, quien admite que "habrá que adaptarse y entrenarla", la nueva norma perseguía el doble objetivo de acabar con el lío de los petos y de "dar más velocidad al juego. Pero yo creo que no se consigue, aunque habrá que esperar a ver cómo evoluciona". Para Pillo, por lo que se puede apreciar hasta la fecha esta situación genera "demasiado riesgo" y, además, acaba con "la riqueza táctica en defensa, ya que las abiertas quedan descartadas". En este sentido, considera que la norma "beneficia a los grandes" porque siempre dispondrán de gente con más lanzamiento. En cuanto a factores defensivos, añade que proliferará "el uno contra dos. Aquello de cada uno con su par ya no existe".
Por ahora, la solución prácticamente única en ataque de siete es la de dos pivotes –"hay un equipo alemán que juega con cuatro primeras líneas", desvela Estévez– y Pillo así lo entiende porque "como todos los deportes de equipo, el balonmano es un juego de espacios y con más jugadores, menos espacios". Y también en ataque cree que se castiga a la riqueza táctica porque "lo primordial es no perder el balón, por lo que se limita al jugador imaginativo".
La nueva norma también provoca cambios en la tipología de los jugadores, con "porteros más rápidos –por los cambios– y también defensas más rápidos para el uno contra dos. Se pierde la figura de ese defensor grande y más lento".
Por último, Pillo desvela que en la Liga Asobal los equipos todavía no están por la labor de explotar esta nueva posibilidad: "Alguna vez Benidorm... Sí está generalizado el seis para seis sin portero en inferioridad. Nosotros lo hacemos casi siempre. Pero el siete para seis apenas lo hemos entrenado".
Por su parte, Abel Estévez también critica la manera en que se están aplicando las nuevas normas –"la de los tres ataques tras lesión tiene que ser derogada, provoca situaciones absurdas", dice– pero se muestra más abierto con el ataque de siete. "Se cambia el balonmano por completo, la forma de verlo tanto en defensa como en ataque", admite. Eso sí, como Pillo también quiere dar tiempo al tiempo porque "las defensas evolucionarán ante esta posibilidad y habrá que ver cómo de efectiva es".
El técnico porriñés admite que la norma incluso ha influido ya en los fichajes de este año. "Por ejemplo, buscamos pivotes que además de defender pudiesen atacar", aclara, antes de coindicir con Pillo en que las porteras tendrán que ser "más rápidas". Además, expone que el balonmano femenino, menos físico, tendrá su adaptación propia a la norma y defiende la necesidad de, por un lado, "dotar a la norma de medios, para que la mesa no sea la que tenga que controlar los cambios" y, por otro, "educar al público. Porque hay goles a portería vacía y jugando en casa se hace duro...". Le sucedió al Porriño ante el Rocasa en una División de Honor en la que el Granollers es el único adalid del ataque de siete.n

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