Jaime de Haz (Vigo, 20 de julio de 1992) conquistó el pasado domingo en el lago de Varese el título mundial de remo olímpico en la modalidad de cuatro ligero sin timonel junto a Álvaro Romero, Ander Zabala e Imanol Garmendia.
¿Cómo está tras conquistar el oro en el Mundial?
Eufórico. Todavía no me lo creo. Me cuesta asimilarlo, habrá que esperar unos días. Este año era mi última oportunidad porque es la última campaña en sub-23 y finalizar la categoría con el oro es terminar con un buen sabor de boca.
¿Cómo se formó esta embarcación?
El año pasado el marca y el proa habían formado el cuatro ligero con otros dos compañeros y terminaron en la cuarta posición. Este año, no había más gente y quedábamos mi compañero y yo, que remábamos en el doble. Nos juntaron, el barco iba bien y se apostó por ello. Parece que salió bien.
¿Fue una apuesta arriesgada?
Puede ser, pero tampoco creo que tanto. Desde mi punto de vista, siempre tuve la idea de que podría ser un buen barco y parece que no estaba equivocado. Para preparar el Mundial estuve en Sevilla concentrado todo el año y probamos distintas variaciones en las concentraciones hasta que dimos con la acertada.
¿Esperaba estar en las medallas?
Sabíamos que el barco era rápido e iba a dar guerra, pero tampoco te lo esperas. Con suerte, piensas en que puede caer una medalla, pero un oro lo ves siempre muy difícil y fue una sorpresa. En la eliminatoria pasamos directos a la final y, viendo los tiempos, no estábamos lejos de los actuales campeones del mundo y teníamos opciones. Sin embargo, nunca sabes porque en un Mundial siempre se esconde alguna carta. Por ejemplo, Gran Bretaña perdió con Italia en la eliminatoria y después le ganó.
Salieron con la idea de tomar la cabeza rápido.
Sabíamos que Italia era el principal rival y quisimos estar delante de ellos para tratar de controlar la regata. Así lo hicimos y llegamos a los últimos metros en esta situación. Además, llegamos con fuerza, por lo que pudimos finiquitar la regata y ganar el título.
¿Cómo se lleva una concentración en Sevilla?
Los últimos años ya me habían ofrecido desde la selección española bajar a Sevilla para estudiar allí y entrenar. Este año, me decidí y la verdad es que muy bien. Comencé con lesiones, pero el final de temporada es muy bueno y así merece la pena estar fuera de casa. Aunque la familia siempre se añora.
Ahora pasa a la categoría sénior, ¿qué se plantea?
El objetivo ahora es intentar entrar en el equipo absoluto. El próximo año es el Mundial clasificatorio para los Juegos Olímpicos e intentaré entrar en el equipo y, a continuación, meter el barco en la competición olímpica. Opciones hay, pero tenemos que hacer muchas pruebas y que el barco sea más rápido cuando me suba yo. Va a ser complicado porque somos varios los que intentaremos entrar.
¿Cómo llegó al remo en banco móvil?
Empecé por un amigo que tuvo que dejar el fútbol por una lesión de rodilla y me animé a comenzar a entrenar con él para acompañarlo. La idea era abandonar después de unos meses. Sin embargo, él acabó dejándolo y fui yo el que seguí. Y aquí estoy con este marrón.
La tradición en las Rías Baixas es remar en banco fijo, especialmente en traineras. ¿Llegó a probar?
Fui pero poco. Cuando empecé en el Náutico había la trainera, pero estaba el equipo sénior. Sin embargo, cuando alcancé esta edad, la trainera se deshizo y, de hecho, en la actualidad soy el único remero sénior del club. Llegué a hacer una regata todavía con edad juvenil, pero bueno, tampoco me ha ido mal en el banco móvil. No tengo queja de los resultados que estoy obteniendo.
