Zunzunegui aparta a Tirán y Meira del oro

Jornada de mar en calma, sol brillante y remo de emociones fuertes en el campo de regatas de la ETEA, un lujo para la competición de bateles y el remo en banco fijo. Se esperaba una de las mejores finales de los últimos años en la categoría reina de sénior masculino y así lo fue. Ziérbena, con el vigués Zunzunegui de remero y entrenador y un barco con un único tripulante no gallego, dominó la regata desde el inicio. Además de 'Zunzu' completaban el equipo Sergio Montenegro (O Grove), Iago Davila (A Pobra) y el cántabro Luis Miguel Villar. Se preveía un mano a mano con Samertolameu de Meira y duró media regata el duelo. A partir de ahí, pagó el esfuerzo el conjunto moañés, que buscaba un título que se le resiste en los últimos años y terminó por ceder la segunda posición ante el empuje de Tirán Pereira, que tenía en sus bancadas a Suso Hermelo, de 43 años y Tomás Casas, con 41. Mostraron la experiencia para arañar la segunda plaza. 
En la prueba reina femenina, Chapela no estuvo al nivel de semanas precedentes y se quedó a seis segundos del tercer puesto del podio que fue para Mecos, por detrás de Hibaika y San Juan. Sí pescó una presea el equipo redondelano en la categoría juvenil. Al igual que entre los mayores, se vivió una prueba de gran emoción con un duelo espectacular entre San Juan y Chapela. Finalmente, ambos barcos estuvieron separados por medio segundo. Completó el podio Cabo da Cruz.
La cuarta medalla para botes de la Ría de Vigo la conquistó Vila de Cangas en la categoría juvenil femenina. El barco de O Morrazo remó con inteligencia ante la superioridad de Astillero para pelear con San Juan en el último largo. Le recortó dos segundos, pero se quedó a un barco de la remontada. 
Precisamente, las categorías femeninas evidenciaron el cambio de tendencia en el mundo de los bateles vividos en los últimos años. En un Campeonato de España en la Ría de Vigo, las tripulaciones de Galicia obtuvieron ocho medallas de las veintiuna que había en juego. Un bagaje más pobre del habitual. En 2015 la cifra se elevó a la docena y en 2014, en Castro Urdiales, se fue hasta las diez. Rianxo, en infantil masculino, fue el único en lograr la primera posición. 
La polémica de la jornada llegó en promesa femenina con un final muy ajustado entre Orio y Vilaxoán. Los jueces dieron la victoria el equipo vasco, lo que provocó las protestas de la afición arousana en la entrega de premios. Un momento un poco duro.

Remeros digitales, dirección analógica

Hace un par de años, en una regata de la Liga ACT de traineras, se registró un final polémico. El ojo indicaba que ganó Tirán, pero los jueces dieron otro vencedor. No estaba claro, pero unas semanas después la competición incorporó el vídeo finish para resolver cualquier final ajustado. Final a la problemática.
Ayer, en A Guía, en una regata arbitrada por los colegiados de la Federación Española y Gallega, se vivió algo similar en la categoría promesa femenina. Lo que pasa es que no había tecnología para resolverlo y, además, en la entrega de premios se hicieron un lío al dar medallas al cuarto clasificado y demás meteduras de pata. El presidente de la Federación Gallega se afanaba en subir al podio. Los problemas... Otro día. 
No obstante, no es una situación nueva. En Galicia y en España se organiza un Campeonato de España de forma casi clandestina. Los resultados a los medios de comunicación llegan a través de los clubes. En la web de la Federación Española no se actualizan los tiempos... Igual dentro de dos o tres días. En la Federación Gallega, la web tiene aspecto del año 2000, con meses sin información. ¿Redes Sociales?... ¿Qué es eso? Los únicos actos de presentación durante la semana, de un Campeonato de España, fueron uno institucional en el Concello de Vigo. Tener a un profesional para informar del evento y ganar repercusión es algo que ni se contempla por la Federación Gallega. 
Y así, se llega al momento en el que los integrantes de Virxe da Guía, club organizador de forma desinteresada, tienen que contener a los aficionados enfadados de Vilaxoán. Voluntarios que asumen el peso de un campeonato y tienen que tapar las 'cagadas' federativas. Ellos merecen un premio, otros una patada y enviarlos a casa.