La afición homenajea al socio número uno, fallecido la semana pasada, y pide a Krohn-Dehli que se quede
Basilio Ferreiro no estaba allí, pero lo parecía. Con su rostro amable, con esa mirada ilusionada de niño que nunca perdió pese a que era casi centenario. Estuvo en la mente y en el corazón de cada uno de los más de 14.000 espectadores que acudieron a Balaídos en la fría noche del lunes, más frío el lunes que la noche. Fue protagonista antes, durante y después de un partido al que sólo le faltó el colofón de la victoria que dedicar al socio número uno, fallecido la semana pasada y, como rezaron los vídeomarcadores de Balaídos, eternamente celtista.
No fue un minuto de silencio el dedicado a Basilio y, también, al fundador y presidente del Amfiv Pablo Beiro, fallecido el sábado. Fue un minuto de aplausos, una ovación sentida y acompañada por las imágenes del socio de honor de Comando Celta. Con su bufanda, con sus colores, con su carnet, con Sergio Álvarez, emocionado sobre el terreno de juego. Ayer, por primera vez en décadas, faltaba Don Basilio. Pero seguirá presente en la mente de todos aquellos que han convertido al Celta en uno de los motores de su vida y que encontraban en el socio número uno el ejemplo perfecto de fidelidad al club de sus amores.
Tocaba despedir a Don Basilio, tocaba decir adiós a Pablo, pero también evitar una despedida que ya duele antes de que se produzca. La renovación de Krohn-Dehli se ha convertido en una cuestión de estado y la afición ha querido tomar partido. En el minuto 23, dorsal que se dibuja en la espalda del pequeño gran mago danés, Balaídos al unísono comentó a cantar el "¡Krohn-Dehli, quédate!" que volvería a retumbar en el vetusto coliseo olívico ya en la segunda parte, cuando el talentoso futbolista nórdico marcó el gol con el que el Celta se adelantó en el marcador.
Fue el partido de Don Basilio, el partido de Michael y, también, un encuentro diferente para todos los socios de Preferencia, reubicados por primera vez en otras gradas debido a las recién iniciadas obras de remodelación en el estadio. Fue una buena excusa para ver la comunión existente entre peñas normalmente opuestas sobre el Lagares, Irmandiños y Preferencia Celeste, ayer unidas en Río. Juntas cantaron, juntas celebraron y juntas lamentaron el triste final que Velasco dedicó al homenaje.n
