A falta de dos meses para el final de la temporada, la figura del entrenador celeste pasa por un duro examen público
La Primera División para una semana para que las selecciones nacionales pasen a primer plano. Y el Celta llega a este parón en la mitad de la clasificación en una décima plaza cómoda si se mira hacia abajo –con 18 puntos de ventaja sobre las plazas de descenso–, escasa si se mira hacia arriba –a cuatro puntos de la séptima plaza y a seis de la sexta–.
Después de 29 partidos, el conjunto vigués ha perdido más de lo que ha ganado (11 derrotas y 10 victorias, además de 6 empates) y no acaba de convencer en cuanto a juego. Con este balance y a falta todavía de la parte más trascendental de la temporada, la figura de Juan Carlos Unzué, técnico celeste, está en entredicho.
El navarro asumió el cargo el pasado verano como su experiencia iniciática como primer entrenador en la máxima categoría, tras años ejerciendo de segundo de Luis Enrique Martínez, uno de ellos en el banquillo celeste. Con el resto del equipo de trabajo habitual del asturiano, Unzué ha querido implantar su idea de fútbol en una plantilla que sufrió un recorte de efectivos en verano que se incrementó aún más en enero. A falta de dos meses para el final de Liga, se duda de su continuidad, aunque tiene un año más firmado.
los pros
1El objetivo del club.
Suena raro, pero lo cierto es que el objetivo declarado del club cada temporada es estar entre los diez primeros. Una meta ahora mismo cumplida y perfectamente factible.
2La sombra del Toto.
El pasado reciente, como es habitual, pesa en los entrenadores en sus primeros años en un equipo. Unzué lo asumió desde el principio y no dudó en halagar la herencia de Eduardo Berizzo, queriendo aprovecharla adaptándola.
3Casa y fuera.
El técnico navarro ha conseguido que el equipo rinda por igual cuando juega en Balaídos como cuando lo hace fuera de casa. Eso sí, a rachas.
4Los jóvenes fichajes.
El Celta vive enamorado esta temporada de dos fichajes jóvenes que han dado un rendimiento inesperado: Maxi Gómez y Stanislav Lobotka. Unzué apostó por ellos y les ha sacando un alto rendimiento. Con Emre Mor, ha tenido paciencia con su proceso de adaptación y ahora es cuando da sus frutos.
5La cantera: Brais.
En pretemporada, Unzué demostró que Pape Cheick era de su agrado pero su venta truncó la apuesta. Con todo, ha tomado el relevo Brais Méndez, canterano que acumula ya cinco titularidades en Liga siendo jugador del filial por ficha.
los contras
1El juego no convence.
Unzué llegó a Vigo como adalid del juego posicional de la factoría del Barcelona. Descartó el estajanovismo de Berizzo para ser más pausado. Pero el juego con balón no convence 29 jornadas después y el equipo parece más cómodo en el ida y vuelta.
2La sombra del Toto.
Fue un pro su inteligencia para querer aprovechar la herencia de Berizzo. Pero es una contra la constante comparación con el argentino. La chispa del equipo en las anteriores temporada se ha perdido y no ha llegado un reemplazo convincente.
3Liderazgo interno.
Nadie cuestiona a Unzué. Nadie se entusiasma con él. En la gestión de grupos, la norma la marcan los que no juegan. Esta temporada, muchos se han querido marchar –Costas, Beauvue, Guidetti, Roncaglia, Hjulsager...– y varios lo han hecho.
4Liderazgo externo.
Unzué no conecta con la grada con su discurso. No se desaprueba pero tampoco llega. A su tendencia a la reflexión, positiva, le faltan referencias a la pasión.
5El objetivo del grupo.
El club, con criterio, apunta públicamente a los diez primeros puestos. Dentro del grupo siempre se pensó en Europa. Y la meta se ha complicado dejando pasar oportunidades como ante el Málaga.
