El acto del Celta hace un trimestre para relanzar sus proyectos ha ido perdiendo fuerza
Tres meses después, poco, muy poco, se ha sacado de la anunciada entente cordial entre Concello de Vigo, Xunta de Galicia y Celta para sacar adelante ya sin atrancos de ninguna de las partes los dos grandes proyectos de futuro del club: la reforma del estadio de Balaídos y la construcción de la ciudad deportiva en Mos. Fue el pasado 15 de diciembre cuando el club, con su presidente Carlos Mouriño a la cabeza, quiso escenificar con un multitudinario acto en un hotel vigués la sintonía existente entre las dos administraciones y la propia entidad celeste. De lo expuesto dicha jornada se esperaba que tanto el estadio como la ciudad deportiva fuesen avanzando con seguridad, pero lo cierto es que, sobre todo en el segundo caso, los atrancos y los desencuentros han continuado.
La reforma del estadio sí que ha seguido adelante, aunque continúan pendientes los últimos retoques de la fachada exterior de Río, y el club ha logrado abrir la tienda oficial en los bajos de Tribuna. Pero la concesión administrativa, que por entonces se fechó en el mes de marzo, se ha retrasado y, como poco, habrá que esperar hasta el verano para certificar que irá adelante.
Mucho más verde está el proyecto de la ciudad deportiva. Aceptado plenamente por la Xunta y muy bien recibido por el Concello de Mos, se ha encontrado con los temores de las comunidades de aguas, con las dificultades de hacerse con los terrenos que posee la Comunidad de Montes de Tameiga y, sobre todo, con la declarada oposición del Concello de Vigo, que duda de la legalidad de la actuación puesta en marcha por el consistorio mosense y reitera que la instalación que busca el club podría realizarse en suelo vigués. En lo positivo, el acuerdo alcanzado con la Comunidad de Montes de Pereiras para parte del suelo. El camino tiene obstáculos.n
