celta

Un equipo de mitad de tabla

Gustavo Cabral controla un balón en el partido de Leganés.
photo_camera Gustavo Cabral controla un balón en el partido de Leganés.

El Celta se ha mostrado incapaz, por juego y resultados, de agarrarse a la zona alta

El pasado 21 de enero, tras imponerse a la Real Sociedad en Anoeta (1-2), el Celta alcanzaba su punto más alto de la clasificación hasta la fecha esta temporada, una séptima plaza que, tras encadenar cuatro jornadas sin perder, olía a equipo en crecimiento con muy serias opciones de quedarse a vivir en esas plazas de privilegio. Una semana después, el triunfo ante el Betis parecía confirmar tales sensaciones, pese a que no suponía ascender puesto alguno. Pero, ahora, dos meses y medio después, se confirma que aquel momento no fue un peldaño en el crecimiento celeste, sino el punto álgido de toda la campaña.
Desde entonces, el equipo vigués se ha aferrado, a nivel de resultados, a Balaídos, sin haber logrado imponerse en los últimos seis encuentros a domicilio jugados. Pero, a nivel de juego, ha tenido muy pocos asideros, con un funcionamiento colectivo siempre por debajo de lo esperado y una dependencia enorme del rendimiento goleador de Iago Aspas y Maxi Gómez, aunque este último acumula ya siete encuentros sin ver portería.
Son datos de un equipo que se está mostrando incapaz de engancharse a la zona europea pese al irregular caminar también de sus rivales directos. En lo que va de temporada, el Celta se ha pasado más de la mitad del tiempo por debajo de los diez primeros clasificados (17 jornadas). Y cuando ha estado por encima, nunca ha logrado superar la mentada séptima plaza, que sólo dará derecho a jugar en Europa si el Sevilla no gana la final de la Copa del Rey ante el Barcelona, que se disputa este sábado, o si la gana y queda entre los seis primeros, algo que hoy por hoy no sucede.
El equipo vigués ha pasado la mayor parte del tiempo entre la novena y la undécima plaza (18 de las 32 jornadas), lo que demuestra su condición de equipo de mitad de tabla. Bien es cierto que nunca ha pasado por verdaderos agobios clasificatorios de cara a la permanencia, virtualmente más que lograda hace semanas. De hecho, ese temor se apagó tras la victoria en el derbi ante el Deportivo allá por diciembre, momento del inicio de ese momento álgido de las cinco jornadas seguidas sin perder.
Pero la clasificación siempre ha dado, y todavía da, esperanzas europeas. Lo que apenas las ha dado es el fútbol realizado por el equipo. La derrota en Leganés en un partido sin la intensidad necesaria es la guinda de esta triste tarta.n

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