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El último muro de España

Marta Mangué se abraza a Carmen Martín tras la victoria sobre Montenegro en semifinales.
photo_camera Marta Mangué se abraza a Carmen Martín tras la victoria sobre Montenegro en semifinales.

La selección se mide a Noruega en busca del título europeo y una plaza en Río (18:00, TDP)

La selección española femenina de balonmano tratará de derribar hoy la última barrera, la más difícil de todas, la que constituye la todopoderosa Noruega, indiscutible número uno mundial, la frontera definitiva que separa a la 'guerreras' de un histórico oro continental, que viene acompañado en esta ocasión de un billete para los Juegos de Río.
Un rival que ya se interpuso hace seis años en el camino hacia la gloria del conjunto español, tras vencer por 34-21 a las de Jorge Dueñas en la final de Europeo de Macedonia, origen de la leyenda de unas 'guerreras' asentadas ya entre la élite internacional, como confirman la plata continental, el bronce mundial y el bronce olímpico conquistados desde entonces.
Escaso botín en comparación con el deslumbrante palmarés del equipo nórdico, que disputará hoy en Budapest su séptima final consecutiva de un Europeo, un torneo en el que Noruega luce cinco oros, tres platas y un bronce que añadir a los dos títulos olímpicos logrados en Pekín y Londres, así como a las victorias en los Mundiales de 1999 y 2011.
De estos éxitos ha sido testigo directo una selección española que sucumbió (31-26) ante la voracidad de las noruegas en la lucha por la medalla de bronce en el Mundial de China 2009 y en las semifinales (30-22) del Campeonato del Mundo de Brasil, disputado dos años después. Una racha de derrotas que España sólo fue capaz de romper en los Juegos Olímpicos de Londres, donde las de Jorge Dueñas se impusieron por 25-20 a las nórdicas en la última jornada de la primera fase de un torneo en el que Noruega acabó colgándose el oro y las 'guerreras', el bronce.
El conjunto español no fue capaz de repetir triunfo hace apenas unos días en Debrecen, donde cayó por 26-29 ante Noruega en un choque en el que las españolas afrontaron con empate en el marcador (26-26) los últimos cinco minutos de juego para caer después víctimas de su propia ansiedad por derribar, de una vez por todas, el mito noruego.
La selección deberá aprender de esa lección si quiere tener alguna posibilidad de vencer a Noruega en una final en la que las 'guerreras' tendrán que mezclar las dosis justas de vértigo y paciencia para evitar las pérdidas de balón, el combustible del que se alimenta el fulgurante contragolpe nórdico. Hay pocos equipos que castiguen como el noruego cada mínimo error de su rival, gracias a la velocidad de jugadoras como la extremo Riegelhuth, una de las cuatro únicas supervivientes del conjunto de hace seis años en la final de Skopje.
Sin embargo, los peligros de Noruega no se limitan tan sólo a su veloz contraataque, dada la presencia de estrellas de la talla de la pivote Loke o la lateral Mork. Sin olvidar a la portera Silje Solberg, la mejor guardameta hasta el momento del torneo, que obligará a afinar como nunca la puntería a las jugadoras españolas, que volverán a tener en su intensidad defensiva su mejor arma.
Liderada por una inconmensurable Silvia Navarro, la defensa española deberá volver a mostrar la misma intensidad que ya exhibió ante Dinamarca y Montenegro para contener la ofensiva noruega. Intensidad a la que España deberá añadir las paciencia necesaria en ataque para hacer llegar el balón a los extremos y pivote, así como para aprovechar la capacidad de penetración de jugadoras como Marta Mangué, Macarena Aguilar o Nerea Pena, que personificó la ambición del equipo español. "No me conformo con la plata", asegura la primera línea española, reflejo de la ambición de las 'guerreras'.n

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