Sergio Álvarez lleva más de cuatro años ejerciendo de portero titular del primer equipo del Celta, club al que llegó en edad juvenil y en el que ha entrado a formar parte ya del podio de los tres guardametas con más partidos en Primera División en la historia celeste.
Con todo, a principios de este año la directiva sólo le ofreció una renovación con una temporada asegurada, aunque el acuerdo incluye una segunda que se concretará al cien por cien si el de Catoira disputa un número determinado de encuentros.
Llegar a esta cifra, una circunstancia para la que, en el mejor de los casos, todavía le faltarían un par de meses, no significa en sí una renovación. Porque el acuerdo preexistente ya es por dos temporadas y lo que existe es la posibilidad del club de no ejecutar la segunda campaña pagando una indemnización si el guardameta no alcanza ese número mínimo de partidos.
Sergio, mientras, mantiene la misma filosofía de trabajo que le ha llevado a la titularidad en el primer equipo después de años de espera. El canterano contaba con la confianza de Antonio Mohamed desde el comienzo del actual curso, una apuesta que se mantuvo cuando Rubén Blanco se recuperó al cien por cien de los problemas físicos que tuvo en pretemporada.
Ahora, con la llegada de Miguel Cardoso al banquillo celeste, habrá que ver la decisión que toma el entrenador portugués. Si Sergio se mantiene intocable en la portería, demostrará una vez más, por encima de cláusulas con un mínimo de partidos, que se ha ganado otra temporada en el primer equipo celeste. Y si lo hace, además, amenazará seriamente a Javier Maté y Simón como los dos guardametas con más partidos en Primera con el Celta.
