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La séptima maravilla de Iago Aspas

Iago Aspas sale ovacionado del campo el pasado sábado.
photo_camera Iago Aspas sale ovacionado del campo el pasado sábado.

Su segundo gol ante el Huesca entra en la exclusiva nómina de los mejores tantos de un jugador que marca más de un tercio de los anotados por el Celta desde 2015

La maravilla de Iago Aspas va más allá de un futbolista especialmente dotado en lo técnico. Compendia en unos segundos todo lo que es un futbolista profesional de primer nivel. La prontitud en el arranque de la carrera tras el despeje desde área propia y recepción de Hjulsager demuestra cualidades tácticas y fe; la velocidad punta alcanzada y sostener en el tiempo el esprint demuestra cualidades físicas; el saber jugar con el cuerpo para ganar el balón demuestra experiencia; el recurso para el regate y la filigrana delante del portero demuestran magia; y el hecho de pensar todo ello tras una carrera de 60 metros en el minuto 76 del encuentro demuestra una forma física que suele pasar desapercibida en el moañés dada su liviana figura pero que debe ser valorada al máximo.

Un gol que es una obra maestra del fútbol de por sí que pasa a integrarse dentro de la colección de un futbolista no sólo efectivo, sino también preciosista. Las siete maravillas del mundo antiguo son la Gran Pirámide de Guiza, los Jardines Colgantes de Babilonia, el Templo de Artemisa en Éfeso, la Estatua de Zeus en Olimpia, el Mausoleo de Halicarnaso, el Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría. Aspas completó ayer su septeto con el Celta en Primera.
Además, lo ha hecho siendo no sólo un jugador efectista. La cualidad de sus goles está a la altura de su cantidad. No en vano, desde su regreso a Vigo tras sus dos temporadas en Liverpool y Sevilla, ha marcado más de un tercio de los tantos del conjunto celeste en todas las competiciones. Nada menos que 78 dianas en las cuatro últimas temporadas de las 225 que suma el Celta. Un 34,6%.
Y no son goles para la galería, en minutos sin trascendencia. Que Aspas marque es casi garantía para el Celta de que sumarán algún punto en ese encuentro. Así, en toda su carrera ha marcado en 50 partidos en Balaídos y sólo se ha perdido uno. Y desde su regreso al Celta en el verano de 2015, ha visto portería en 58 encuentros, con un balance positivo de 34 victorias (58,6% ), 14 empates (24,15) y tan solo 10 derrotas (17,2%).
A sus 31 años, Iago Aspas no deja de superarse a sí mismo. Al recibir el premio Zarra este año, dijo en broma que iba a intentar ponérselo difícil a Messi para el Pichicbi. ¿En broma?.

Su primer tanto en la goleada al Barça

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Aquel 4-1 del Celta de Berizzo al Barça de Luis Enrique en Balaídos el 23 de septiembre de 2015 aún es recordado. El moanés, nada más regresar, marcó dos tras sendas carreras. La primera la solventó con una vaselina preciosista.

Espléndidos control y golpeo de zurda

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El 12 de marzo de 2016, Nolito sacó una gran asistencia en largo hacia la carrera de Aspas, que controló con su pierna izquierda y golpeó para anotar por encima de Rulli el tanto de la victoria ante la Real.

La vaselina casi sin ángulo en Las Palmasad 34

Esta vez fue Pione Sisto el que buscó el desmarque lanzado por Aspas el 30 de octubre de 2016. Parecía quedarse sin ángulo en un balón demasiado alto, pero enganchó una gran vaselina que superó el salto de Lizoain.

La falta directa por debajo de la barreraad 35

El Molinón fue el escenario en febrero de 2017 donde Aspas se sacó de la manga uno de sus goles de falta más recordados. No por lo excelso del golpeo, sino por la inteligencia de hacerlo por debajo de la barrera y no por encima.

Aquella falta majestuosa en Riazorad 36

Dos días antes del de Navidad del pasado año, Iago Aspas fue clave en la victoria holgada en Riazor ante el Deportivo (1-3). Su gol de falta directa tras el descanso y su hierática celebración engrosan su libro dorado. 

Un tanto de genio pese a no valer puntosad 37

El Celta perdió ante el Alavés el pasado 3 de febrero (2-1), pero ese partido quedará en el recuerdo por el tanto de Aspas en el minuto 90. Recogió, dribló sin tocar el balón, tiró un caño y batió a Pacheco.

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